† 10. ANIMA †

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| Capítulo 10 |

A la mañana siguiente, todos en Hunllef Town despertaban de su tranquilo y reparador sueño para poder hacer desayuno e ir al trabajo, a la escuela o pasar un rato en casa. Algo que aparentaba normalidad, ¿cierto?

Pero en este pueblo nada era normal.

—Estas muertes fueron atroces, ¿no lo cree? —confesó la Inspectora Brown. Era casi evidente que la escena del crimen le había dejado inquieta y con los pelos de punta. Ya ni se atrevía a voltear a ver a donde yacían los cuerpos con una manta blanca encima, mientras los DICP tomaban fotografías y examinaban la escena.

—Todas las muertes que ocasionan las sombras lo son. —aclaró con tono cortante el Jefe de División, el señor Barnes, un hombre de edad con algunas cuantas canas a la vista. Todo lo que tenía que ver con las sombras le desgradaba en lo absoluto. Y no era para menos, después de que su esposa murió años atrás por un ataque de las sombras, nunca volvió a ser el mismo.

El Jefe Barnes soltó un profundo suspiro, cerrando por un momento sus ojos antes de proseguir.

—Ya llévenselos de aquí. —Le ordenó a los agentes del DICP.

El DICP como se le llama es, en realidad, el Departamento de Investigación y Control Paranormal; el departamento de la comisaría especializado en casos que tengan que ver con las sombras y todo lo paranormal que ocurre en el pueblo. Pueden hacer desde exorcismos hasta investigaciones paranormales, por ende, es el departamento que casi siempre se encuentra más lleno. Sin embargo, eso no quiere decir que todos los casos hayan sido resueltos, la mayoría de ellos aún están abiertos o son cerrados por falta de información. Eso casi siempre sucede, debido a que la policía del pueblo no tiene suficiente información acerca de las sombras y cómo combatirlas efectivamente como para hacer algo al respecto. Es algo que sin duda es muy lamentable...

Antes de dejarles ver los cuerpos a sus familias, estos agentes tiene que asegurarse de que las sombras no puedan tener la oportunidad de convertirlos en la sombra que los mató, o en casos muy raros, poseer los cuerpos sin vida de estos jóvenes y convertirlos en los llamados "caminantes"; otra especie de monstruo que no son totalmente humanos, pero tampoco son totalmente sombras. Estos no se ven muy seguido, ya que la mayoría de los cadáveres de las personas no soportan el cambio. Lo que sucede mayormente, es que cuando una persona muere, su sombra también lo hace, sin embargo, siempre se tiene que tener precaución. Por eso, el DICP se encarga de encerrar los cadáveres en unos ataúdes de hierro y plata, que por dentro están llenos de sal, durante la primera noche de haber fallecido la persona.

El Jefe Barnes le dedicó una última mirada a los cuerpos de los jóvenes, antes de que desaparecieran de su vista al ser trasladados en la ambulancia. Por un momento recordó aquel horrible momento años atrás. Cuando frente a sus propios ojos, su esposa era devorada por su mayor miedo y él no pudo hacer nada por ella. Se sentía culpable e impotente por eso, pero como todos sabían: cuando tu sombra te atrapa, nadie puede hacer nada al respecto. Es tu sombra, y nadie más que tú puede hacerle frente.

Algo que el Jefe Barnes había aprendido en todos estos años de trabajo, es que cuando se teme a algo es porque a ese algo le hemos concedido poder sobre nosotros.

† † †

Movía su pierna rítmicamente y sin parar, siendo esta una sutil forma de despejar su mente. Ni siquiera el sabor a madera, al morder el extremo de su lápiz, hacía que la joven pudiera dejar de ver su libro de Matemáticas.

Clare veía su libro y parecía que todos los ejercicios de Matemática le estuvieran hablando en cualquier otro idioma menos en español. Y aunque se hubiera bebido hace unos minutos dos tazas de café cargado, juraba que los números ya empezaban a mezclarse entre sí. ¿Quién rayos se le ocurrió agregarle letras a las Matemáticas? Seguramente un loco que no tenía nada más que hacer.

PARASOMNIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora