† 5. TIMEO †

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| Capítulo 05 |


—Esta es mi casa. —Le indicó la pelirroja al chico, viendo la pulcra y elegante casa blanca iluminada por las farolas de luz amarilla de la calle.

En ese momento Clare guardó su linterna en su mochila, ya que se percató de que la calle estaba bien iluminada como para tener la luz de su linterna, en cambio, las llaves de su casa sonaron entre tintineos al sacarlas de su bolso.

—¿En serio? —Mikhail soltó una leve risa—. Pues aquella es la mía. —Apuntó a la casa del frente, la que se había vendido. Ella se quedó un poco perpleja por tal ironía, y no sabía que más podía decir, además de:

—Bueno. Ya es tarde, así que buenas noches, nuevo vecino. —formuló con una floja sonrisa ladeada, encaminándose hasta el umbral de su casa. Se detuvo antes de abrir la puerta, ya que escuchó como Mikhail empezó hablar desde el otro lado de la calle, haciendo que se volteara a verlo.

—Buenas noches, nerd. —Al chico se le formó una sonrisa pícara en su rostro, para luego dar media vuelta sin decir más y entrar a su casa cerrando la puerta tras de sí.

Después de entrar en su casa y cerrar la puerta sonoramente, se encontró en una sala llena de oscuridad y penumbra. Se volteó en dirección al interruptor y a pesar de que lo subió y bajó repetidas veces, este no funcionaba. Y aunque pareciera obvio, los postes de luz de la calle no iluminaban tan bien dentro de la casa como para poder caminar con seguridad.

«Maldita sea.»

Odiaba cuando se iba la luz. No deberían de racionarla tanto, y mucho menos de noche.

Suspiró, pero al instante de hacerlo, sintió como una helada brisa recorrió su cuerpo, poniendo sus vellos de punta, y un horrible sentimiento de inquietud y alerta se apoderó de ella.

Justo cuando Clare estaba tratando de encontrar su linterna dentro de su mochila, escuchó como se oyó un crujido. Se quedó sumamente alerta en su lugar, tratando de no moverse para no hacer más ruido y, esperando así, poder volver a oír el sonido para al menos sospechar de dónde, quién o qué lo provoca. Cuando volvió a escucharse, oyó claramente que ya no eran solamente crujidos, sino pasos. Y estaban muy cerca de ella.

Se quedó quieta en su sitio, viendo como una sombra alta se iba acercando a ella a pasos lentos y pausados. La voz mental de Clare le gritaba que saliera corriendo de ahí, pero no lo hizo. No se movió ni un paso, en cambio, en vez de entrar en pánico y morirse del miedo, observó alerta como la sombra se iba acercando cada vez más, mientras que la respiración de la joven se iba acelerando y trataba de encontrar rápidamente su linterna.

De repente, Clare vio como se desplomó en el suelo sin previo aviso. Sobresaltada y rogando que esta vez sí funcionara el interruptor, lo encendió. Al instante todos los rincones de la casa se iluminaran.

Reprimió un grito de horror al ver que su padre estaba en el suelo con la parte baja de su pantalón descubierta y totalmente ensangrentada, mostrando así que la parte inferior externa de su pierna izquierda estaba destrozada, a tal punto de empezar a desangrarse a borbotones, liberando ese horrible y característico aroma de la sangre.

—¡Papá! —Sin pensarlo corrió hasta donde su padre con lágrimas en sus ojos. Clare al estar en el suelo con él y llena de desesperación, sus ojos se fijaron en la gran herida de su pierna, mientras que su cerebro trataba con todas sus fuerzas de hallar una solución rápida.

Sin pensarlo, Clare se levantó y tomó un pañuelo limpio que estaba en la cocina, y recordando lo que había aprendido de sus clases de primeros auxilios, trató de parar el sangrado. La adrenalina corría a borbotones por su ser y en lo único que pensaba era hacer todo lo posible para que su padre estuviera bien.

PARASOMNIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora