Asesinado mientras salvaba unos estudiantes que serían atropellados por un camión, un oficinista de 34 años reencarna en un nuevo mundo de magia bajo el nombre de Rudeus Greyrat, un recién nacido. Con conocimiento y experiencia de una vida pasada, R...
El segundo día después de que llegó la carta, expuse mis pensamientos cuando la familia se reunió.
—Padre, ¿puedo hacer una petición egoísta? —No.
Me rechaza de inmediato. Pero, Zenith sentada a su lado golpeó su cabeza, y Lilia sentada al otro lado le da un codazo en el costado.
Debido a la saga de los embarazos, Lilia también empezó a sentarse en la mesa para comer.
“Imaginar que iba acabar comiendo junto a una sucia sirvienta. Si existe un dios ahí fuera, seguramente me esté castigando.”
En el pasado, cumplió su condición de sirvienta sirviendo desde un lado, pero ahora es parte de la “familia”.
“¿Está permitida la poligamia en este país? Bueno, es indiferente ahora.”
—Rudeus, lo que necesites solo dilo, tu padre hará lo posible por ayudarte.
Zenith dice eso con una voz dulce mientras mira a Paul que está rascando donde le pegó.
—El joven maestro Rudeus nunca antes había hecho una petición egoísta. Es hora de poner a prueba la dignidad y confiabilidad del Maestro de la casa.
Lilia también me ayuda. Paul se endereza de nuevo, se cruza de brazos y levanta la barbilla, haciéndolo parecer importante.
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—Si Rudeus admite que tiene una petición egoísta, es porque debe ser algo que está fuera de mi liga.
Paul recibe dos nuevos golpes y cae sobre la mesa.
—He notado que mi aprendizaje mágico se ha estancado, y en este pueblo no hay forma de fortalecerme, me siento débil, es por ello que deseo ir a la Universidad de Ranoa para aprender más... —..... Oh. —Pero cuando se lo mencioné a Sylphy, comenzó a llorar diciendo que no quiere separarse de mí. —Oh, este donjuán, ¿a quién habrás salido?
Paul recibe golpes por 3ª vez con un ataque encadenado.
—Por lo tanto, me gustaría asistir a la universidad con ella, sin embargo, y como todos ustedes saben, su familia no está tan bien avenida como la nuestra. Es por eso que quiero que pagues las tasas de ambos. Puedes verlo como un regalo, o un premio por mis esfuerzos.
Paul pone ambos codos sobre la mesa y usa una mirada aguda sobre mí como un oficial superior. Esta es la mirada que usa cuando sostiene una espada.
“Me recuerda a los ancianos en las reuniones de la empresa... Viejos adinerados, rodeados de todo lo que yo quería...”
—No.
Paul dice lo mismo que antes, pero está vez, el enojo por recordar aquellos ancianos se une a la negativa de mi padre.
Empujó el plato sobre la mesa y me cruzó de brazos para mostrar mi rechazo.
