La casa Kirib, era un edificio de un piso y cuatro entradas.
Los que vivían allí estaban lejos de ser ricos pero también se mantenían seguros de ser pobres, como lo hacían cualquiera en los suburbios. Para el estándar en el Continente Demoníaco, vivir aquí era pertenecer a una economía inferior pero estable.
Tres figuras oscuras, dos pequeñas y una grande, se acercaban a este lugar.
Caminaban con confianza entre las miradas de los lugareños mientras se dirigían a un destino que parecían conocer.
“¡Buenas tardes! ¿Hay alguien en casa? ¡Venimos del Gremio de Aventureros!” El joven del grupo llamo a la puerta, gritando con una voz amigable a quien sea que residiera en la casa.
Había algo inquietante en esta escena, ya que los aventureros de esta ciudad eran mayormente conocidos por su falta de tacto y educación. Eran visto como gente áspera y tosca.
Aún así, la dulzura detrás el tono en la que hablo aquel chico pareció engañar los oídos de la residente. La puerta se abrió y una niña de siete años apareció de su interior. Su larga cola de lagarto y su lengua bifeda la marcaban de la raza Houga.
Los ojos de la niña se abrieron de sorpresa al ver al trío de visitantes, pero el niño le sonrió alegremente.
“Ah, no sabía que una jovencita tan responsable era la dueña de esta casa. Esta es la residencia de la Srta. Meicel, ¿estoy en lo correcto?”
“¿H-Huh? U-Uhmm.....”
“Oh, lo siento. ¿Dónde están los modales de este sinvergüenza? Me llamo Rudeus, jovencita. Rudeus, líder de Dead End.”
“¿D-Dead End...?”
La jovencita Meicel estaba bien familiarizada con este nombre. Todos conocían la atroz historia de los guerreros Superd. Así mismo, todos sabían que el Dead End era el más monstruoso y malvado de todos. Los rumores decían que nadie que lo haya conocido había vivido para contarlo. Incluso los aventureros llenos de músculos que se enorgullecían de poder matar a cualquier monstruo temblaban ante la idea de un encuentro con el Dead End.
Pero Meicel también había oído como era la apariencia de este monstruo y el chico frente a ella no se parecía en nada a aquella descripción.
“Me complace informarle que hemos aceptado su petición en el Gremio, jovencita. Venimos para encontrar su preciada mascota pérdida. Esperábamos que nos pudiera ayudar con algunos detalles; obviamente si no es mucha molestia.”
El nombre Dead End era algo aterrador por sí solo y las dos personas detrás del chico eran ciertamente algo intimidantes. Pero él le hablo con tanta cortesía y cariño que para ella fue difícil mantener el miedo.
“Yo... Por favor, encuentren a Mii...”
“Mii es el nombre de tu mascota. Ya veo. Es un nombre bastante lindo, debo decir.”
“S-Se me ocurrió a mí...”
“Vaya, claramente tiene un don para nombrar cosas, jovencita.” Este cumplido hizo que la niña sonriera de vergüenza. “Ahora, ¿nos podrías contar algunas cosas sobre Mii?”
Después de que la niña diera los detalles, pudo notar como el chico se tomaba el tiempo de oírla hablar, escuchando atentamente cada detalle y tomándola realmente enserio.
“Agradecemos infinitamente su cooperación, jovencita. Nos pondremos de inmediato en la búsqueda y rescate. ¡Puede confiar que está en buenas manos con Dead End!”
El chico dió un paso atrás y se llevó la mano a la cintura, inclinándose de forma educada y extraña. Por alguna razón, los otros dos hicieron el mismo gesto.
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Mushoku Tensei: Freedom
FanfictionAsesinado mientras salvaba unos estudiantes que serían atropellados por un camión, un oficinista de 34 años reencarna en un nuevo mundo de magia bajo el nombre de Rudeus Greyrat, un recién nacido. Con conocimiento y experiencia de una vida pasada, R...