"Como habrán oído, quien los juzgará no será el Supard ante ustedes. Me corresponde a mí asumir esa tarea, por lo que les imploro que no se hagan ilusiones de salir ilesos de aquí si se atreven a mentirme."
Tanto el lagarto como la mujer con cabeza de abeja, asintieron en un armonioso acuerdo. Alimentaba la esperanza de que no sería necesario recurrir a medidas extremas, pues mi intención se basaba principalmente en establecer una ilustración ejemplar para Ruijerd.
Habiendo desabrochado las mordazas que los sujetaban, me coloqué frente a ellos, con los brazos cruzados en una postura de autoridad.
"Díganme sobre el propósito de estos animales aquí."
Inmediatamente, el lagarto emitió un grito ahogado.
"¡Los secuestramos!"
"¿Es así? Vaya, me has iluminado. ¿Podrías ahora proceder a dilucidar qué acciones tenían planeandas posteriormente?"
"¡Cuando alguien iban a poner un trabajo al Gremio sobre una mascota pérdida, nosotros decíamos encontrarla y luego, reclamamos la recompensa!"
La voz de la mujer con cabeza de abeja resultó menos irritante y discordante de lo que había previsto. Sorprendentemente, exhibía una capacidad para transmitir tanto satisfacción como incomodidad.
"Entonces sí, son malhechores," comentó Ruijerd con un aire de indiferencia. Agitando su lanza en el aire, avanzó hacia ellos con su mirada fría y distante.
"Detente. ¿Por casualidad has asimilado todo lo que te dije antes?" Caminé hacia los demonios, el escrutinio de Ruijerd relegado a la irrelevancia. "Si se benefician de trabajos relacionados con mascotas perdidas, es razonable suponer que trabajan para el Gremio como aventureros, ¿no es así?"
"¡Sí, sí! ¡Estás en lo correcto!" escupió el lagarto.
"¿Qué clasificación tiene su equipo?"
"¡D... D, lo es!"
"¿Tienen la libertad de ascender en la clasificación a su voluntad?"
"¿Por qué te importa...?"
Rápidamente y sin dudarlo, convoqué una esfera de llamas, dirigiéndola para que flotara en medio del espacio entre los dos.
"¡Tenemos la posibilidad para hacerlo!" ambos gritaron. "¡Tenemos la capacidad de progresar, absolutamente! ¡Hemos elegido permanecer dentro del rango D para participar exclusivamente en tareas sin complicaciones y sin esfuerzo!"
Incuestionablemente, constituía una estratagema sin complicaciones. Ciertamente había pasado por mis pensamientos, pero tenía un ritmo lánguido y contravenía directamente mi objetivo de elevar la reputación del Supard. Yo mismo podría haber llevado a los animales a un establecimiento especializado o recurrir a simplemente matarlos, seguido de la venta de sus restos a tiendas de gastronomía; tal vez podría haber pasado al comercio, trabajando de esto hasta el momento en que pudiera delegar las tareas desagradables a otros. Sin embargo, estas medidas también se oponían a mi misión.
"Muy bien," dije después de un interludio contemplativo. "Van a unirse a nosotros. Esta es la única proposición por la que salvaré sus vidas."
"¿Huh?"
Ante la exclamación de sorpresa del lagarto, una mano pesada descendió sobre mi hombro. Ruijerd me sacudió, obligando a cruzarme con su mirada impregnada de ferviente odio.
"¿Por qué deberíamos considerar colaborar con gente malvada?"
Su pregunta, aparentemente directa, llevaba bajo su superficie un trasfondo de sed desenfrenada de sangre. Era como si pudiera saborear y sentir la acritud que brotaba de las profundidades del corazón de Ruijerd.
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Mushoku Tensei: Freedom
FanfictionAsesinado mientras salvaba unos estudiantes que serían atropellados por un camión, un oficinista de 34 años reencarna en un nuevo mundo de magia bajo el nombre de Rudeus Greyrat, un recién nacido. Con conocimiento y experiencia de una vida pasada, R...