Asesinado mientras salvaba unos estudiantes que serían atropellados por un camión, un oficinista de 34 años reencarna en un nuevo mundo de magia bajo el nombre de Rudeus Greyrat, un recién nacido. Con conocimiento y experiencia de una vida pasada, R...
Ese fue mi primer pensamiento cuando la vi. Era dos años mayor que yo, sus ojos agudos y estrechos, y su cabello ondulado también era de un tono carmesí tan puro que parecía que alguien le había arrojado un balde de pintura. Mi primera impresión de ella fue que era feroz.
No tenía dudas de que sería una belleza algún día, y una mujer con actitudes... pero predije que la mayoría de los hombres la encontrarían demasiado difícil de manejar. Tal vez si fuera un masoquista y te atrevieras a intentar algo con ella... en cualquier caso, es peligrosa.
La saludé tal como Philip me había indicado.
—Es un placer conocerte. Soy rudeus Greyrat. —¡Hmph!
Ella me miró y resopló de la misma forma que su abuelo cuando me vio, tenía los brazos cruzados firmemente sobre su pecho mientras me miraba, tanto en sentido figurado como literal, ya que era más alta que yo.
Su expresión se volvió amarga cuando dijo: "¿Qué demonios es esto...? ¡Él es más joven que yo! ¿Y sin embargo se supone que me debe enseñar? ¡Deja de bromear!"
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Sinceramente me ha dejado algo impresionado. Tiene mucho orgullo para su edad.
—No creo que la edad tenga nada que ver con eso. —¡¿Qué has dicho?! ¡¿Te atreves a llevarme la contraria?!
Su voz era tan fuerte que mis oídos zumbaban.
—Lo que estoy diciendo, señorita, es que hay cosas que puedo hacer que usted no.
En el momento en que dije eso, su cabello pareció erizarse, como una manifestación física de su ira.
—Ciertamente lleno de ti mismo, ¿no es así? Serás arrogante. ¡¿Quién crees que soy?!
Dominé mi voz y respondí.
—Eres mi prima segunda, ¿correcto? —¿Prima...? ¿Qué diablos es eso? —Significa que mi padre es primo de tu padre. En otras palabras, eres la nieta de mi tío abuelo. —¡¿En qué estás?! ¡No entiendo la basura que dices!
"¿Quizás sufre de algún problema cerebral? Tal vez nació defectuosa y debo expresarme más claro."
—Has oído hablar de Paul, ¿verdad? —¡Por supuesto que no!
Eso fue inesperado. Aparentemente, ella no sabía quién era él. No es que realmente importara cómo estábamos relacionados, hasta ahora le había respondido con su misma actitud, mi objetivo era hacerla hablar, y estaba lográndolo. Después de todo, cuando comienzas a tratar con una mujer con actitudes por primera vez, lo más fácil es hacerla hablar repetidamente.
Pero justo cuando sonreía para mis adentros por mi logro sobre esta víbora, levantó la mano e intentó abofetearme, la detuve con un dedo, pero fue rápida.
