Mushoku Tensei: Freedom

El Futuro de Eris

El campo de refugiados no ofreció respiro; se alzaba como el corazón de una región destrozada. La gente bajaba la cabeza y los ojos carecían de esperanza debido a las terribles noticias de sus familiares. Para la mayoría, la esperanza parecía nada más que un sueño esquivo.

Sin embargo, cuando mi ejército entró en la ciudad para establecer el campamento, empezó a surgir un leve atisbo de optimismo.

"¡Ghislaine!" El repentino grito de Eris llamó mi atención. Desmontó y corrió hacia una tienda de campaña. Era una mujer alta, de cabello gris y piel bronceada.

"¡Eris! Quiero decir... Lady Eris, me alivia ver que estás ilesa." El tono de Ghislaine contenía una pizca de incomodidad, insinuando una tensión subyacente.

Desmonté y me uní a ellos. "Ghislaine, es bueno ver que estás bien."

"Rudeus, me alegro que tú también estés a salvo."

Detrás de Ghislaine, apareció un hombre delgado con un impecable traje gris, gafas redondas y un comportamiento amable. Era Alphonse, el mayordomo.

"Estoy encantado de verlos a ambos de regreso," dijo Alphonse.

Eris abrazó a Ghislaine, mientras las lágrimas corrían por su rostro. Hubo un entendimiento tácito entre Ghislaine y Alphonse, lo que sugería que compartían un secreto demasiado importante para revelarlo, al menos por ahora.

¿Qué podría ser tan significativo que les desanimó durante esta tan esperada e inesperada reunión?

"Rudeus, por favor espera afuera," dijo Alphonse con tono grave.

Inicialmente había asumido que su reunión giraría en torno a asuntos familiares, pero con la revelación de que dos miembros de la familia Boreas aún sobrevivían, esperaba alguna forma de reciprocidad.

Un toma y daca. [N/T: Intercambio recíproco por el que dos partes llegan a un acuerdo o compromiso]

"Oh, entonces discúlpeme," dije.

"¡No!" La voz de Eris resonó a través de la tienda, llamando la atención de todos los presentes. "Rudeus se queda."

"Si ese es su deseo, Lady Eris..." Alphonse obedeció.

Alphonse nos condujo a través del campamento hasta una tienda notablemente más ordenada que el resto. En el interior, la calidez los envolvía y los lujosos sofás ofrecían comodidad.

Como de costumbre, Ghislaine se retiró a un rincón, Eris tomó asiento y, con bastante fuerza, tiró de mí para que me sentara a su lado. Alphonse asumió el centro del escenario y comenzó: "Primero, permítanme expresar mi felicidad por su regreso sano y salvo y..."

Eris interrumpió secamente: "Sáltate las formalidades. ¿Quién está muerto?"

Alphonse miró a Ghislaine antes de darle la noticia.

"Lord Sauros, Lord Philip y Lady Hilda. Los tres han fallecido".

La mano temblorosa de Eris apretó mis dedos con fuerza. "¿Estas seguro?"

"Lord Philip y Lady Hilda fueron teletransportados juntos y encontraron su muerte en el Territorio en Disputa. Ghislaine lo ha confirmado."

Su agarre transmitía una profunda emoción. No tenía sentido engañarse a sí mismo, especialmente cuando Ghislaine corroboró las palabras de Alphonse.

"Entiendo. ¿Y mi abuelo?"

Alfonso suspiró. "Fue considerado responsable y declarado culpable del desastre y posteriormente ejecutado."

Habían aprovechado la oportunidad para deshacerse del viejo, utilizando un pretexto político. Fue un movimiento astuto. Con la ciudad al borde de la inestabilidad, las masas buscaron a quién culpar. Al ejecutar a Sauros, el dueño y señor de la región afectada, habían creado un chivo expiatorio conveniente para justificar sus acciones y sofocar posibles disturbios.