Asesinado mientras salvaba unos estudiantes que serían atropellados por un camión, un oficinista de 34 años reencarna en un nuevo mundo de magia bajo el nombre de Rudeus Greyrat, un recién nacido. Con conocimiento y experiencia de una vida pasada, R...
"Nos embarcamos en un largo viaje," comentó Ghislaine mientras caminaba junto a Eris y a mí. Nos habíamos distanciado significativamente de la ciudad, y hoy era el día en que le había prometido a Ghislaine mostrar mi hechizo más potente en mi cumpleaños.
Con entusiasmo, Eris preguntó: "¡¿Seremos testigos del hechizo más poderoso de Rudeus aquí?!"
Con una sonrisa, hice girar mi bastón en mi mano hasta que se detuvo, la punta con su esfera azul apuntando al cielo. Dentro de la esfera, apareció una luz celestial, conjurando una bola de agua algo inestable, de alrededor de un metro de alto y dos metros de ancho. La conexión con mi nueva habilidad mágica y el bastón de madera se hizo evidente cuando sentí la calidad conductora de la magia.
A pesar de la inestabilidad inicial, la bola de agua pronto se transformó en una esfera perfecta, y con un tiro limpio y potente, salió disparada sin afectar al bastón.
'Poder hacer tanto con una cantidad tan pobre de maná...'
Con curiosidad, Eris preguntó: "¿Qué está pasando?"
"Debo admitir que tomará un tiempo acostumbrarse a controlarlo, pero funciona perfectamente," le aseguré.
“¡¿En serio?! ¡Qué alivio!”
Ahora, era el momento de la prueba definitiva.
"Ahora te mostraré el hechizo más poderoso de Ludeus Greyrat. ¡Testigos, aprecien, Cumulonimbus!" Anuncié con determinación.
Pero cuando comencé a conjurar el hechizo, ocurrió una interrupción repentina, aparentemente como un trueno.
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Molesto, observé cómo cambiaba el cielo una vez sereno, mientras aparecía una luz roja carmesí, torciendo las nubes previamente grises en espirales, cubriendo todo el horizonte.
Confundida, Eris preguntó: "¿Es este tu hechizo, Rudeus?"
"No," apreté los dientes, "mi magia no es tan impura y deforme."
Ghislaine se quitó el parche y su expresión se volvió seria. "Una fuente de maná repugnante," murmuró, arrojando luz sobre el perturbador evento.
"Ghislaine, regresemos a Roa," sugerí, dándome cuenta de que la situación estaba fuera de mi control y no podía sentir el maná que mencionó Ghislaine.
"Sí, cuanto más lejos estemos de..."
Antes de que Ghislaine pudiera terminar de hablar, sentí la necesidad de moverme. Siguiendo mis instintos, actué rápidamente.
"¡Abajo!"
El grito de Ghislaine confirmó que mis instintos estaban en lo correcto. Algo había volado sobre mi cabeza a la velocidad del rayo.
De repente, me encontré en el suelo cuando Ghislaine salió corriendo, con la espada desenvainada, hacia el campo abierto. Pude ver partículas tenues en el aire, lo que indica que los destellos de luz eran de Ghislaine y su oponente desconocido.
