Asesinado mientras salvaba unos estudiantes que serían atropellados por un camión, un oficinista de 34 años reencarna en un nuevo mundo de magia bajo el nombre de Rudeus Greyrat, un recién nacido. Con conocimiento y experiencia de una vida pasada, R...
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Para cuándo llegamos a la Ciudad de Roa, ya estaba anocheciendo.
Buena Village (NT: Bonna anteriormente) y la ciudad de Roa están separadas por un día de viaje en carruaje, aproximadamente de 6 a 7 horas; por lo que se puede decir que no está ni demasiado cerca ni demasiado lejos.
Describiría a Roa como una ciudad viva, una de las más grandes de esta zona. Lo primero que me llamó la atención fueron las murallas de la ciudadela; robustos muros, de 7 a 8 metros de altura, que envolvían la ciudad.
Carruajes tirados por caballos entraban y salían por la gigantesca puerta, cuando nuestro carruaje la atravesó, vi filas de puestos ambulantes a lo largo de toda la calle.
Lo primero que me recibió dentro de la ciudad fue un establo y una gran cantidad de posadas. Una multitud de personas se movían de un lado a otro: mercaderes, gente de pueblo e incluso guerreros vestidos con armaduras... Era realmente como algo salido de una novela de fantasía.
Eché un vistazo a lo que parecía una estación de espera, dónde la gente se sentaba con grandes cantidades de equipaje.
“¿De qué trata eso?"
—Ghislaine, ¿sabes qué es eso?
Le pregunté a la persona que estaba conmigo.
Tenía orejas y una cola como un animal, con piel marrón chocolate que su escasa y ajustada armadura de cuerpo mostraba en amplias franjas, nadie pensaría que lo que hay frente a mí era en realidad una mujer...
Esta mujer se llamaba Ghislaine Derudoria, de las más poderosas del estilo Filo Celestial, con habilidades tan impresionantes que era conocida con el título Reina del Filo, y que ha aceptado enseñarme el arte de la espalda. De ahora en adelante, ella será mi nueva 'maestra'.
—Tú...
Se giró visiblemente irritada hacia mí.
—¿Estás tratando de burlarte de mí?
Ghislaine me mira con el ceño fruncido ferozmente, no tengo dudas del miedo que provoca en cualquier hombre.
—Me estás malinterpretando. Lo mío es genuina curiosidad. Me preguntaba qué era eso, no lo sabía, así que esperaba que me lo dijeras. —Oh, lo siento. Eso es lo que quisiste decir.