Reunión del Personal y Domingo - Parte 2

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Finalmente, llegó mi tan ansiado primer día libre.

Después de tomar el desayuno junto a Philip, decidí poner en marcha mis planes en la ciudad. Pero encontré una variable que no esperaba.

—¡¿A dónde crees que vas?!

Su voz me hizo recordar a aquellas mujeres que me exigían explicaciones cuando ni siquiera estábamos en una relación formal.

"Que maldito dolor de cabeza."

Ghislaine y Eris estaban esperándome en la salida. Eris parecía inquieta, quizás porque era su primer día libre. No era de extrañar que sintiera curiosidad por saber cuáles eran mis planes fuera de la residencia.

—Tengo que atender algunos asuntos en Roa —dije, haciendo una pose.

—Asuntos… ¿Así que vas a ir a ver la ciudad? ¿Por tu cuenta?

—¿Por qué debo darte explicaciones? ¿Acaso eres mi prometida?

Sus mejillas se tiñeron de un leve rubor, un rubor que rápidamente desapareció cuando se hizo la desentendida y gritó:

—¡No es justo! ¡Nunca he podido salir sola, ni siquiera una vez! —ella pisoteó sus pies con frustración.

—No tengo tiempo para tolerar tus rabietas infantiles. Ve a hacer algo productivo, o a molestar a tu padre.

La mire con desdén, solo para que ella levantara el puño como si fuera a golpearme. Lentamente me moví para esquivar, pero el golpe nunca llegó. Eso era inusual.

Ella cruzó los brazos sobre su pecho y me miró.

—¡Yo también voy!

Por lo general, haría tal declaración solo después de intentar golpearme, pero aparentemente, decidió no usar la violencia esta vez. Eso significaba que había madurado un poco.  Una cantidad pequeña, casi insignificante, pero al menos hubo algún progreso. 

—Me da igual.

—¡¿Te da igual?!

Por supuesto, no tenía ninguna razón para rechazarla. Además, con ella a mi lado me verían con un buen ojo, y con Ghislaine las posibilidades de que nos volvieran a secuestrar eran bajas.

Por cierto, incluso durante nuestra reunión, Ghislaine no parecía entender el concepto de tener un día libre.  Le sugerí que se quedara con Eris como siempre lo hacía. Después de todo, originalmente fue contratada para ser guardaespaldas, por lo que no debería haber problemas con eso.

—¡Esperar! ¡Estaré lista en solo un segundo! ¡Alphonse!  ¡¡¡Alphonse!!!

Observé cómo Eris salía corriendo, corriendo ruidosamente por la mansión. Su voz era tan fuerte como siempre.

—Rudeus —dijo Ghislaine. Giré la cabeza y ella estaba justo a mi lado. Tenía casi dos metros de altura, por lo que incluso como adulto probablemente todavía estaría mirándola—. No sobreestimes tus habilidades —advirtió. 

Probablemente se trataba de que yo dijera que podía escapar de ser secuestrado por mi cuenta.

—Mi fortaleza no reside en mi orgullo o sobre confianza. Conozco mis debilidades.

—Está bien, pero si pasa algo, llámame. Te ayudaré.

—Estaría encantado si mi princesa de cuento de hadas Ghislaine apareciera para salvarme. No te preocupes, verás fuegos artificiales de ser necesario —hablar de ello parecía haber despertado un recuerdo—. ¿Le dijiste a Eris que hiciera lo mismo? ¿Para llamarte?

—Lo hice, ¿qué hay con eso?

—La próxima vez, sería muy considerado de tu parte aclarar que solo debe hacerlo cuando esté en algún lugar donde puedas escucharla —dije.

—Está bien, pero ¿por qué?

—Porque cuando nos secuestraron, casi la matan porque seguía gritando por ti.

—Si la hubiera escuchado, la habría rescatado.

—Pero no lo hiciste, así que da igual. Aclara esas cosas por mí, ¿de acuerdo?

Había sido ridículamente rápida cuando vino a salvarnos. Ella estuvo allí un minuto después de que yo disparara esos fuegos artificiales. Mientras estuviéramos al alcance del oído, estaba seguro de que ella vendría, sin importar dónde fuera. Su audición también parecía bastante buena. Después de todo, fue Ghislaine a quien Eris llamó, no a Philip o Sauros. Ella era confiable. Supuestamente.

—Tienes que enseñarle que hay momentos en los que no puedes gritar.

Eris regresó y la conversación terminó ahí. No estaba seguro de si se estaba vistiendo para salir o no, pero vestía un atuendo que nunca antes había visto.

—Te ves tan hermosa como el día que te conocí.

—¡Hmph!

Me intento dar un puñetazo en la cabeza cuando la elogié

[NT: Buenas noches, días o tardes. Capítulo corto por falta de tiempo. Por suerte mañana tengo todo el día libre, así que subiré 3 capítulos seguidos.]

Mushoku Tensei: FreedomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora