No todo es trabajo del Beta ⁓ VKookMin ⁓ TaeHyung, JiMin y JungKook

Capítulo 46~Cumpleaños feliz

Capítulo final; lloremos juntas

El caos se desató los siguientes días. Como bien habían supuesto todos, aquellos allegados que habían vivido vidas pasadas junto a ellos comenzaron a recordar esas mismas vivencias de sus almas fracturadas.

Surgieron amplias disculpas de corazones rotos y desilusiones sobre sí mismos como por ejemplo lo que sentía Rosé por su primera vida. La joven Omega suplicó tanto perdón a Jimin, tanto arrepentimiento hacia JungKook y tanta vergüenza hacia TaeHyung. Ella fue la traidora por excelencia y odió en demasía quien fue en el pasado.

Obviamente el trío destinado la perdonó, porque quién Rosé fue en el pasado no estaba ahora ante ellos y finalmente su espíritu lobuno había logrado convencer al raciocinio humano de qué era lo correcto. De igual modo Jimin pudo contenerse en los brazos de su padre.

SeongHwa y él hablaron horas y horas sobre todo. El joven Beta admitió la admiración por su padre, por como su arrepentimiento le llevó a finalmente ser el padre ejemplar que era ahora.

Jennie abrazó tan fuerte a YoonGi, NamJoon y SeokJin cuando se reencontraron en una quedada de amigos días después. El trío más mayor mostró su confusión y debieron decirle una mitad a medias: "nos conocimos en otra vida y lo recordaréis cuando os enlacéis". Fue inevitable, como el amor siempre de devoción hacia NamJoon como su hermano mayor cambió a uno más paternal cuando recordó que ellos, en diferentes vidas, habían sido sus padres.

Las mezclas de relaciones entre todos eran un pequeño caos que cada uno debió tratar con sus parejas. Los únicos que siempre habían repetido alianzas eran TaeHyung, Jimin y JungKook. Pero estaban agradecidos, a pesar de los enredos, de que la madre Luna siempre hubiera puesto a esas maravillosas personas en sus vidas dando su apoyo y amor incondicional hacia ellos en diversos ámbitos y diversas relaciones.

Nuestro trío sintió una fuerza más grande en ellos al pasar los días. Su conexión, siempre idílica con sus lobos, fue mucho más profunda. Era la sensación de ser invencibles, de al fin comprenderse con solo un pestañeo. Lo que hizo reafirmar que al fin estaban completos, al fin todo había terminado y al fin todo tendría el final de una vida correcta.

Jimin despertó el primero aquella mañana, envuelto entre las sábanas y los brazos de JungKook que reposaba su peso sobre su cuerpo rodeándolo con brazos y piernas, en su estómago sentía las manos de TaeHyung rodear la cintura del Omega desde su espalda. Ambos dormían plácidamente recobrando sueño y cansancio. Los cambios que estaban llevando a cabo para afianzar y crear su familia pasaban factura a su tímido Kookie y su nervioso TaeTae.

Cuando comenzaron a convivir, ya más de tres semanas atrás, fueron conscientes del pequeño espacio que ese apartamento les aportaba. Así fue como TaeHyung propuso una idea loca que ambos menores aceptaron gustosos:

-Somos cuatro personas ya en casa, pronto seremos muchos más cuando tengamos más cachorros y necesitaremos un amplio jardín para construir tres santuarios donde ejercer como Aurores cuando en unos meses nos den oficialmente nuestro título.