Cuando una generación muere se tratan de arraigar sus ideales por muy erróneos que sean. Por suerte, para la sociedad Beta, esas creencias a mitos sobre ser seres errores de la Madre Luna no pasaron de generación en generación.
Park Jimin fue conce...
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Fue ver la pequeña rendija de salvación y escape de una ventana y está ser cerrada de un portazo. Los cuatro amigos de Jaebum aparecieron rodeando la espalda de Rosé y Hoseok. Estos temblaron en sus lugares y, aún así, trataron de acercarse a JungKook de forma inútil. Las feromonas de Jaebum aumentaron rodeándolo y haciéndolo sentir mucho más pequeño e inútil. Su maldita naturaleza de Omega puro le estaba traicionando.
JungKook estaba odiando su suerte. Tal vez fue una señal del destino cuando discutió con Jimin el hecho de que debía quedarse en casa. Tal vez nunca debió confiarse en creer que alguien tan sumiso y delicado como él podría salir a la calle sin nadie que le cuidara. Tal vez estaba metiendo a sus únicos amigos en un problema porque los veía incómodos y temblar. Tal vez sus novios se volverían locos cuando supieran lo que estaba ocurriendo. Tal vez su YeonJun lo despreciara por oler a otro Alfa como sabía lo estaba haciendo.
-¡Déjalo! -Gritó Rosé a su espalda siendo retenida por dos de dos Alfas que se reían de ella.
-¡Suéltalo! -La patada de Hoseok a uno de los dos Alfas que lo sujetaban fue inútil cuando ellos eran cinco contra tres.
Todo iba tan bien en la cena, todo tan relajado donde sus miedos y angustias fueron contadas dejándose fluir y desparecer. Era tan feliz. Hasta que lo vio entrando al mismo bar con sus cuatro amigos. Hasta que él también lo vio y no dudó en acercarse a él cuando vio la oportunidad. Hasta que esos cinco asquerosos Alfa los acorralaron en un callejón callado, oscuro y vacío dejándolo sometido bajo ese ser despreciable.
-¿Me has echado de menos mi Omega? -JungKook levantó la mirada furiosa aún si temblaba. Una cosa era que se metiera con él, que le faltara el respeto a él, pero a sus amigos, a su familia, no lo iba a tolerar. -¿Ya te has cansado de jugar a las casitas con ese Alfa de mierda y ese Beta repugnante? -Y ahí JungKook estalló, su lobo elevó la cabeza con orgullo y valentía por primera vez ante un Alfa ajeno, más importante y eufórico se sintió JungKook al ser contra el Alfa que más odiaba, el que era causante de sus traumas y miedos.
-¡Tú no eres nada mío Jaebum! -Su grito fue agudo, con tintes del animal interior, sus ojos azules brillando en el oscuro callejón, sus colmillos mostrados con pequeñas gotas de sangre por la rapidez con las que sus encías habían sido abiertas y su cuerpo humano acercándose amenazante contra el de Jaebum.
Jaebum gruñó gutural, dolido y afectado por la voz de un Omega puro, tomó sus oídos y se alejó del menor un par de pasos. Sus amigos Alfas soltaron a Rosé y Hoseok para imitar su acción, JungKook corrió hacia ellos y tomó sus manos para colocarlos a su espalda.
-Te vas a arrepentir de esto. -Amenazó Jaebum recomponiéndose, avanzando de cuenta nueva hacia los Omegas y recibiendo un gruñido en acople de los tres con descaro y determinación de manada. -¿Creéis que tres Omegas de mierda pueden hacer algo contra mí? -Chistó riendo con fuerza y ególatra. - ¡Soy un Alfa superior a vosotros! -Exclamó haciendo sonar su voz con eco en el callejón. -¡Me debéis respeto!
