Maratón 1/3
La noche era tan bonita, bueno, no es que fuera una gran noche estrellada o cálida con viento fresco y luces de colores y aroma a rosas. Pero habían risas, buena compañía y música de fondo para cantar entre ellos. En definitiva, JungKook estaba disfrutando su salida con sus amigos, unos amigos que por primera vez le hicieron conocer el verdadero significado de la amistad.
Porque una buena y real amistad no consistía solo en compartir vivencias, cotilleos, risas o pasar el tiempo juntos. La correcta amistad consistía en hablar de sexo entre bromas o tonos serios, explicar y apaciguar miedos, escuchar anécdotas tontas o importantes, dar abrazos o solo sonrisas. Rosé y Hoseok de verdad eran suyos, sus mejores amigos.
-¿Qué vais a tomar chicos? -Preguntó el camarero cuando tomaron asiento en uno de los bares de la zona concurrida por gente de sus edad. Aquel barrio tenía bares baratos que los estudiantes universitarios visitaban seguido, de hecho los camareros solían ser también estudiantes que tenían trabajos de medio tiempo. -¡Hey, Hobi!
-¡Felix! -Exclamó el Omega más mayor levantándose para abrazar al chico de cabello rubio y pecas. -No sabía que hoy tenías turno.
-Soy pobre, ¿qué le voy a hacer? -Bromeó el chico sonriendo a Rosé y JungKook por educación.
-Es compañero mío de carrera. -Apuntó y explicó Hoseok.
-Muchos gusto. -Dijo el chico con acento peculiar, Rosé y JungKook respondieron igual. -Entonces, ¿qué vais a tomar?
-¡Soju! -Gritó Rosé con una risa cantarina, Hoseok chico cinco con ella y JungKook se sonrojó inevitablemente.
-Yo un refresco sin cafeína. -Murmuró, Felix le miró elevando una ceja con una sonrisa ladeada. -Tengo que amamantar a mi bebé.
-Adorable. -Aceptó el de las pecas marchando hacia la barra.
JungKook lo siguió con la mirada, era sin duda un Omega lindo y agradable. Se preguntó si podría hacerse amigo de él también, de un chico tan enérgico y alegre, de alguien tan bonito y amigable. Tal vez hacía unos años, unos meses, se habría negado a la idea y se habría quedado con las ganas. Ahora, con la confianza de saber que su mente, corazón y alma, valían más que cualquier otra cosa; se dijo que sería tarea fácil.
Con esa, idea, la de hablar con Hoseok para pedir que Felix se uniera a ellos en su próxima salida; sus ojos se viajaron de Felix a la puerta del local que recién se abría dejando el paso a un nuevo grupo de personas. Cinco Alfas comenzaron a pasad en fila, entre risas y golpes entre ellos demostrando que pasaban un buen rato, pero todo se detuvo y pasó a cámara lenta. El nudo en la boca de su estómago que se atragantó hasta su garganta. Jaebum.
Im Jaebum.
Ese Alfa, ese chico que si JungKook cerraba sus ojos podía sentir a pesar de los años sus grandes manos sujetando sus caderas y cintura, pasándose por su espalda y pecho hasta alcanzar sus mejillas. Podía sentir el aliento del chico en su rostro mientars le pedía la oportunidad de ser suyo con un tono dominante y dando por hecho que JungKook diría que sí. Podía ver sus ojos cambiar al rojo típico y propio de un Alfa cuando se negó, podía percibir el cambio en su aroma a uno agrio y desagradable por el rechazo, como lo empujó casi tirándolo al suelo y diciéndole que se arrepentiría de no aceptar ser su Omega.
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No todo es trabajo del Beta ⁓ VKookMin ⁓ TaeHyung, JiMin y JungKook
FanfictionCuando una generación muere se tratan de arraigar sus ideales por muy erróneos que sean. Por suerte, para la sociedad Beta, esas creencias a mitos sobre ser seres errores de la Madre Luna no pasaron de generación en generación. Park Jimin fue conce...