Cuando una generación muere se tratan de arraigar sus ideales por muy erróneos que sean. Por suerte, para la sociedad Beta, esas creencias a mitos sobre ser seres errores de la Madre Luna no pasaron de generación en generación.
Park Jimin fue conce...
La clase con el señor Kim había terminado con las lecciones del día ese viernes. TaeHyung, Jimin y JungKook se acercaron al Omega mayor por unos años para hablar con él cuando este recordó que ese lunes deberían dar la primera muestra de su trabajo al resto de la clase. SeokJin sonrió al trío tras quedarse viendo a la puerta observando a sus alumnos marchar.
-¿Qué ocurre chicos? -Preguntó acomodando sus libros para marchar también a casa.
-Nuestro trabajo trata en parte sobre el primer trío destinado conocido. -Inició Jimin rodeando a JungKook por su cintura, el Omega reposó su peso en el Beta y TaeHyung los miró celoso pero de forma sana.
Así se habían sentido esos días. TaeHyung los veía darse amor y algo en él quemaba porque también quería darlo y recibirlo. Era extraño que por primera vez en su vida no solo viera lo sexy y atractivo de esos chicos, sino que veía lo dulce y lindos que eran. Por la luna, TaeHyung tenía un extraño fetiche nada sexual sino que hacía latir su corazón, con la sornisa bonitas. Y Jimin sonreía bonito de forma infantil y pequeña achicando sus ojos y abultando sus mejillas. Y JungKook sonreía bonito como conejito bebé al mostrar más sus palas superiores y hacer arruguitas a los costados de sus ojos mientras su nariz se fruncía.
-Pero se sabe muy poco de ellos. -Añadió JungKook, ambos enlazados vieron a TaeHyung esperando que continuara.
-Queríamos saber si usted podría ayudarnos con algunos datos o algo así. -SeokJin miró detenidamente a los trenes durante unos largos segundos de silencio antes de sonreír.
-No se conoce el origen del primer trío destinado conocido, sin embargo hay un museo dedicado a su historia. -Comenzó colocando su mochila de lado sobre su hombro. -Yo fui en los vacaciones y quedé encantado con lo que aprendí. -Los tres menores asintieron prestando atención. -Podríais ir en puente festivo de la próxima semana.
-¿Dónde está? -Cuestionó Jimin.
-En Busan.
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Rosé, Hoseok y JungKook habían tenido una salida ese sábado por la tarde. Los Omegas estaban en el centro comprando cualquier cosa que fuera de su gusto y atractivo, en ese instante los tres se encontraban en una tienda de accesorios y, mientras Hoseok adoraba unas pulseras de bolitas de colores, JungKook y Rosé escogían algunos ganchos para el pelo.
-¿Qué pasa? -Preguntó Rosé con una linda sonrisa cuando JungKook rio dulce sin poder evitarlo.
-En mi primera cita con Jimin llevé unos ganchitos parecidos a estos. -Mostró unos rosados, Rosé ensanchó su sonrisa.
-Lisa me dijo que lleváis juntos desde el instituto. -El Omega varón asintió. -Supongo que debió ser duro quedar en cinta tan joven. -La mueca del rubio fue aceptada como una verdad.
-Sus padres y los míos se volvieron locos, los míos los que más. -Dijo recogiendo ahora unas pinzas con alas de mariposa violetas. -Pero sin duda fue peor para nosotros. -Miró al instante a la chica. -No es que nos arrepintamos de tener a YeonJun o algo así.
