—... meterte al lago.
¿Por qué había dicho eso?
Las palabras huyeron de mi boca y entre más pensaba, más me regañaba.
«No lo va aceptar»
Claro que no, es una idea estúpida y él es un ser competente, que no cometería ningún acto que ponga en peligro su integridad y...
—¿Vestido?
Retiro todo lo dicho.
¡¿Es que acaso no piensa?!
Recuerda que tú fuiste quién lo sugirió.
Ay vocecilla...
«Al menos no estaba siendo ofensiva»
Puede que esté mejorando todo.
Puede.
Aunque no lo quisiera aceptar ya iba un poco borracha. No estaba, ni de lejos, acostumbrada a un vino tan fuerte. Solo esperaba que eso no afectará mi cordura.
Su miraba buscaba en mí, duda. O al menos, un indicio de arrepentimiento.
—O no.— le di un repaso, con la mirada —Esa ya no es mi decisión.— terminé con altivez.
Sí, ya estaba borracha.
—¿Quién eres?— pregunto, vacilando que hacer.
Ni siquiera yo lo sé.
Se levantó de su asiento y pude observar con plenitud, como su espalda se tensaba y relajaba.
Al final optó por sonreír con coquetería y deshacerse se la chaqueta sin despegar sus ojos de los míos. Sin necesidad de agacharse, se deshizo de sus zapatos. Pensé en la posiblidad de que siguiera desvistiéndose, pero solo se detuvo de forma abrupta. Retándome con la mirada.
Caminó, tras echarme una ojeada, sus pies descalzos debieron sufrir ante el contacto de la baja temperatura del agua. Te vez en ese momento comencé a arrepentirme de haberle retado a eso.
La mitad de su cuerpo ya era cubierto por el lago —que frío— un pensamiento cruzo fugazmente mi cabeza.
Eres bastante idiota, cuando quieres.
No extrañaba para nada, el tono y agresividad de esa vocecilla que retumbaba mis oídos sin ningún tipo de decencia.
Estás cometiendo un error, uno muy grande.
Silencio...
Eres tan imbécil para dejarlo entrar a tu vida, sin a penas conocerlo.
No quiero seguir oyendo...
Él, está con contigo por lástima. Eso es lo único que eres capaz de provocarle.
¡Detente!
Respiro con pesadez. No me había movido ni un poco de mi sitio. Noah a lo lejos intentaba leer mi expresión.
No le di a mi mente mucho tiempo para procesar nada. Como en automático, mis manos se deshicieron de el recogido de mi cabello. Al instante sentí mi pelo volar libre. Quite los tacones y mis pies se regocijan al entrar en contacto con el relieve del pasto y la frialdad de su suelo.
Caminé con el cerebro medio entumecido. Aún no terminaba de procesar nada, cuando mis pies tocaron el agua. Mi cuerpo se movía solo. Había tomado el control de mis acciones. Y yo miraba todo como si de una película se tratara.
Mis movimientos ya no estaban calculados y limitados por mi mente. Todo mi interior se movía libre. Mi cuerpo parecía agradecer el pequeño momento de control y en el instante que tuve a Noah en frente, todo se paralizó.
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El Que Se Enamore Pierde [TERMINADA]
Teen Fiction¿Qué pasaría si tu pasado no te deja avanzar? Si ese mismo pasado siempre molesta tu presente, logrando hacerte sentir insuficiente, poca cosa, pero has sabido cómo ocultarlo, ante todos te has mostrado una chica segura y sin ningún problemas fuera...