Mi historia

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«—Ha llegado el momento de sincerarte con las personas que quieres.»

Ese fue el consejo de mi psicólogo, el señor Andersson, mencionó en nuestra última sección, los beneficios que traía hablar del como me sentía. Y no solo con él. También con personas cercanas a mí, que me apreciaban y las que le importaba. Todas ellas merecían mi honestidad y confianza.

—Y aún más si quieres comenzar una relación con ese chico.

Medito cada una de sus palabras, sopesando las posibilidades de seguir su consejo.

Sé y reconozco que Noah merece saber mi historia, pero aún me afecta hablar de ella.

Pietro Russo, mi padre, fue apresado nuevamente por las autoridades, bajo las acusaciones de acoso, secuestro, daños psicológicos, abusos físicos y organización ilegal. Y teniendo en cuenta que los delitos por los que es fichado fueron cometidos en Estados Unidos, será juzgado en este país y bajo su régimen.

Después de la llamada que le hice a mamá, ella dio aviso de todos lo útil que dije y aunque yo no di mucha información, fue la suficiente para desmantelar sus planes. Tantearon todos los aeropuertos de la zona y sus alrededores hasta dar con el rostro de padre en una cámara de seguridad de un local cercano al aereopuerto donde nos encontraron.

También dieron con la captura de muchos de sus aliados y súbditos. Entre esos Bárbara. Quién no era más que una delincuente. Padre la habría conocido en una situación difícil para ella, vendiéndose como su apoyo y ganándose su confianza, hasta conseguirlo y manipularla a su antojo.

Aún no se habían llevado a cabo sus casos a la corte, pero era solo cuestión de tiempo para que me llamaran a testificar.

No me veía capaz de enfrentar de nuevo algo como esto. Solo de pensar en el cercano encuentro en la corte, helaba mi sangre y erizaba mis vellos.

Sentada en el jardín, admirando las hermosas flores de colores y tamaños diferentes, tarareaba Atlantis, una canción que me transportaba en aquel tiempo bajo la angustia de una pronta tormenta. Pero ya la tormenta había pasado. Revolcándo todo a su paso. Dejando de cabeza mi mundo.

En estos momentos me encontraba recogiendo las migajas de la que alguna vez fue mi vida. A mis ojos todo mi alrededor está a hecho un desastre. Pero a pesar de todo esto, me sentía más libre, despreocupa y feliz.

Así que prefería el voluptuoso desastre después de aquella tormenta tan desgarradora, que la fingida quietud y calma en la que me encontraba antes de ella.

Porque dentro del descontrol descomunal, mamá estaba tranquila al fin. Habíamos hablado como nos lo debíamos hace tiempo y nos lo teníamos merecido después de pasar por todo lo que pasamos.

La vida no había sido buena con ella en ningún momento. Mamá fue criada desde bebe por una tía, hermana de mi nonna, luego de que ella cayera en depresión postparto, ocasionando que nunca conociera a su padre, ya que huyó como un cobarde.

Creció sin el amor que merecía y tampoco fue muy buena a la hora de escojer a sus parejas sentimentales.
Pasaba tiempos intermitentes con chicos a la azar. Ninguno bueno. Ellos se aprovechaban de su gran corazón, hasta el punto de romperlo en mil pedazos. Años después, la nonna salió de su depresión e intento recuperar el tiempo perdido con mamá, pero fue muy complejo.
Mamá nunca había recibido palabras de apoyo, indicaciones o consejos respecto a parejas, así que cuando conoció a padre, creyó conocer al hombre ideal. Nada más alejado a la realidad.
Al principio se comportó como un verdadero príncipe. Mamá confió en él y se enamoró perdidamente. Perdiendo su tranquilidad, dignidad y amor propio en el proceso.

El Que Se Enamore Pierde [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora