Maratón
2/4No había recibido más correos después de ese.
Me sentía tranquila por una parte, pero toda la situación alteraba cada nervio de mi sistema.
Esa mañana mi cuerpo se había levantado entumecido. Como si quisiera avisarme de algo. Como si mi mente lo sintiera ya.
Pero era obvio que allí se encontraba esa sensación.
El día llegó. Las nubes grises y el cielo careciendo de sol, solo obviaba mis emociones. Era gracioso ver como todos se habían puesto de acuerdo para acompañarme en este absurdo dolor que me acompañaba desde que había tomado aquella desición.
Solo que había tomado muchos inconvenientes por ocultar mi tristeza, hasta hoy.
Mamá y Mark salieron muy temprano, prometiendo llegar justo para el almuerzo. Cosa que era bastante improbable. Aunque no importaba. A esta hora mañana, ya habré herido a más de una persona.
Pero que otra opción quedaba, ¿exponerlos al peligro que existe a mi lado?
No fuí muy consciente del movimiento del vehículo. Me dejé arrastrar por el mar de personas, que cargaban en su mano la máscara que los acompañaba siempre. Que ensanchan sus hombros, caminando confiados, aunque temieran demasiado. Terminando de dibujar la sonrisa sin honestidad. Completando su gran obra de arte.
Creo tener un Déjà Vu, cuando mis amigas interceptan mi camino.
Emma, aguantando sonrisas, siendo ella, el origen de muchas.
Vanne, contorneado su aura inexplicable.
Yang, explicando un hecho de aquella forma tan extrañable.Muchos desvían su mirada ante este tridente tan cómico. Tal como yo haría, si ellas no corrieran hacia mí desde que me vieron llegar.
—¡Siento que hace una eternidad no estamos todas juntas!— grita sin mucha preocupación Yang.
—Sí, debemos recuperar el tiempo perdido.— puntualiza.
—Cada que dices eso, llega una tragedia, Vanne.— expone Emma—Recuerdas en tercero, tú dijiste eso y a Nicolls le dio un ataque en plena excursión.
—No era mi culpa que ella tuviese ansiedad.— responde enfurruñada.
—Le dijiste que habías soñado con la muerte de todos en esa excursión.
—¿Y?
Pongo la paz,—si yo, la mujer con menos paz interior, pone la paz— tirando de ellas a la entrada del instituto.
Ellas de inmediato olvidan la anterior disputa para adentrarse en otra, menos conflictiva.
Me siento como una madre con sus hijos,—solo madres entenderán— alarmada me doy vuelta, en su búsqueda, cuando no escucho gritos ahogados, ofensas o ruido en general a mis espaldas.
Pero no ocurría nada malo, solo se habían quedado mudas de la impresión. No entendí nada, hasta girarme de nuevo, hacia el frente.
Un grupo muy peculiar de chicos caminaban con una seguridad infinita hacia nosotras. Más que muda, me quedé muy quieta en mi lugar sintiendo como el corazón se hacía añicos dentro de mi pecho.
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El Que Se Enamore Pierde [TERMINADA]
Teen Fiction¿Qué pasaría si tu pasado no te deja avanzar? Si ese mismo pasado siempre molesta tu presente, logrando hacerte sentir insuficiente, poca cosa, pero has sabido cómo ocultarlo, ante todos te has mostrado una chica segura y sin ningún problemas fuera...