Todo me recuerda a él.
Al estar frente a la casa.
Me quedo más tiempo del necesario, observando el puesto en él que aparcó la primera vez que me trajo a casa. Cuando le dije mi nombre. Después de haber curado mis heridas en su apartamento.
«Y pensar que en esos momentos no solo curaba las heridas de mi cuerpo.»
La puerta me recuerda su gesto preocupado y hace que recorra con la mirada el camino que tomamos para llegar a su auto, cuando colapsé.
Al abrir, recorro el pasillo sin ánimos.
El gran piano, logra inundar mi cabeza de momentos mágicos a su lado. Casi lo puedo visualizar sentado en él, tocando "Altantis", la última canción que interpreto antes de que huyera del lugar con miles de sentimientos embriagando mis pasos, pero sobre todo, sola.
Subiendo por las escaleras, me topé con algunas fotografías nuevas, esparcidas por la mesa del salón de este segundo piso.
Eran las fotos de la noche en el bufete.
No recordaba ninguna de estas fotos, pero al parecer, detallando todas, fueron tomadas con discreción.
En la mayoría estoy con mamá y Mark. En la primera estamos en la cima de la escalera, Mark está dando su discurso. La segunda, estamos los tres bajando las escaleras, se puede observar claramente como Mark le dice algo a mamá que la lleva a reír, y luego estoy yo atrás con una sonrisa incomoda. —sonrío, nostálgica— En la siguiente foto, estoy sola, sentada mirando distraídamente por encima de mi hombro. —¿por qué tengo que salir tan mal en las fotos?— Luego estoy con Joshua, hablando, hasta en la fotografía se refleja mi incomodidad.
Joshua, fue un amigo de hace años, hijo de un viejo socio de Mark, este último me lo presentó dada su presencia en la casa, debido a una reunión. Nos hicimos buenos amigos. Nunca me gustó de él la forma en la que trataba a las personas, —porque los trataba fatal— y su escusa siempre era la misma, no son como nosotros, ¿por qué debería tratarlos como si lo fuesen?
Esa y muchos otras, fueron las razones para nuestro distanciamiento. Ahora solo lo veo cada cierto tiempo, en eventos como los de ese día o cuando paso por las oficinas, le interesa la abogacía, así que en estos momentos está haciendo las prácticas de su carrera allí.
Diviso una última fotografía, escondida entre muchas otras, ajenas a mi atención.
Somos Noah y yo.
Tomados de la mano.
Mirándonos el uno al otro.
Seguramente riendo por alguna locura dicha por él.Me detengo mucho más tiempo en esa foto. Detallando cada estancia de esta. Queriendo grabarlo todo en mi memoria, pero para qué hacerlo si puedo simplemente quedarme con ella.
Hay muchas, seguro que mamá no nota su ausencia.
Camino hacia mi habitación, doblando la foto y guardándola en mi bolsillo trasero.
Tiró de la chaqueta que cubre mi cuerpo soltandola de malas maneras en la cama, dejándome desprotegida del frío descomunal que hay allí afuera.
Sin darle importancia a nada de esto, salgo al balcón de mi habitación.
«Recuerdo que cuando estaba más pequeña, soñaba con esto. Tener mi propio balcón. Leer libros de romance entre almohadas y cobijas allí, comer con mis amigos y hacer una acampada aquí afuera. Envolver todo en sábanas y contar historias de terror mientras nos asustamos entre nosotros. Esos eran mis sueños. Mamá adoraba alimentar mis ilusiones, prometiéndome un futuro así, la oía con entusiasmo, pero a la vez resignada a que esto no fuese verdad. Podía vivir con ello. Solo si ella seguía a mi lado. Haciendo más amenos los momentos soportando todo.»
ESTÁS LEYENDO
El Que Se Enamore Pierde [TERMINADA]
Roman pour Adolescents¿Qué pasaría si tu pasado no te deja avanzar? Si ese mismo pasado siempre molesta tu presente, logrando hacerte sentir insuficiente, poca cosa, pero has sabido cómo ocultarlo, ante todos te has mostrado una chica segura y sin ningún problemas fuera...