¿Por qué dolía tanto mirarlo?
Él parecía concentrado en una nota bastante compleja y yo me había encontrado a mi misma, observando con detenimiento cada una de la partes de todo su eminente ser.
Casi como si quisiera grabarlo de memoria en mi cabeza y cerrar con llave, como si de un tesoro se tratara.
Claro, no había hablado con nadie de mis planes, de hecho estaba alejando todo pensamiento que no fuese agradable de mi mente. Como si eso hiciera algo en contra de las millones de dudas en se planteaban cada vez que lo miraba por un tiempo más considerable. Pero él no lo había notado o quizás si lo había hecho, pero, al menos, tuvo la decencia de fingir que no entraba enterado de nada.
Los días habían pasado en el calendario, pero no me permitía pensar en eso. De hecho, no me permitía pensar en algo que no fuese él.
Los correos se acumulaban y eso empezada a ponerme de nervios, tanto que no me atrevía a mirar el móvil durante más tiempo del obligatoriamente necesario.
—¿Alessia?— su voz sonó más que cansada, preocupada. Así que me dio la sensación, de no hacer sido la primera vez en la tarde que me había estado llamado. Frunció el seño en su dirección y de repente, sentí como regresaba de mi viaje. Perdiéndome ahora, en los matices que adornaban sus ojos grises. Estaba segura de quee decía algo, pero me vi incapaz de recordar nada.
—¿Eh?— pregunto dubitativa.
—Te decía que Dilan nos llamo para practicar. Hace un rato ya.
—Lo siento.— murmure avergonzada.
—No lo sientas y dime qué pasa.— me miro de forma tan intensa que casi por impulso despegó su mirada de la suya.
—Pero el ensayo...—
—Que le den al ensayo.— exclamo impaciente —No pienses en eso y dime, ¿qué pasa?— pregunto más sutilmente.
—Mira que dices que yo soy mandona...—
Su ceja encarnada hizo que me parara de golpe.
—Nada con demasiada relevancia.— intento desviar su atención, fallando exponencialmente.
—Todo lo que viene de ti, tiene mucha relevancia.— estuve a punto de salir corriendo.
¿Es serio era capaz de cumplir mi propia promesa?
No estaba muy segura de ello y eso no era bueno. Era todo menos bueno.
Estuve muy quieta en mi lugar sin mirar nada en concreto, pero sintiendo sus ojos afilados en mi cuello y mandíbula.
—Estoy estresada por eso de tener que cantar.— en parte no miento, pero pude sentir con fervor una patada imaginaria en mi estómago como castigo, luego de ver cómo su expresión se suavizaba y pensaba a toda velocidad en como hacerla sentir mejor.
Era una persona horrible.
***
Las próximas semanas se sintieron como el verdadero cielo, él, de alguna extraña manera, tenía siempre las palabras exactas para subirme el ánimo.
Aunque no entendiera mucho como me sentía o que me ocurría en realidad. Porque dejo de creerse eso de mi estrés por cantar hace ya unos cuantos días, pero no había hecho ningún comentario.
Casi me olvidaba de todo lo malo o irritante en mi vida, cuando el estúpido sonido de una nueva notificación, hizo congelar mi cuerpo, de pies a cabeza.
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El Que Se Enamore Pierde [TERMINADA]
Roman pour Adolescents¿Qué pasaría si tu pasado no te deja avanzar? Si ese mismo pasado siempre molesta tu presente, logrando hacerte sentir insuficiente, poca cosa, pero has sabido cómo ocultarlo, ante todos te has mostrado una chica segura y sin ningún problemas fuera...