Wei Ying fue con toda la intención, toda, de arremeter frente a su hermana para decirle lo que encontró. Sin embargo, tuvo que contenerse cuando los Jin se mostraron implacables en el uso de las formas y una suave curva llenaba el vientre de su shijie.
Yanli está embarazada nuevamente. Se ve feliz, con sus mejillas redondas y rosadas, acariciando persistentemente la curva de su vientre. Mientras está sentado en el comedor, comiendo con el resto de la familia, Jin Zixuan se encuentra a su lado asegurándose de que los alimentos que le disgusta se fueran de la mesa y un A-Ling toca la barriga de su madre con ojos grandes y brillantes.
¿Cómo va a decirle ahora? ¿Será prudente?
—Wei-gongzi, parece que no le gusta nuestra comida el día de hoy.
La voz del Jin-zhongzhu suena acaramelada y él la odia, porque le recuerda al hombre de hoyuelos y sonrisa afable que tiene el brillo venenoso de hacer lo que estuviera en sus manos para mantener a Jiang Cheng y Lan XiChen a su lado.
—Supe que estaba buscando al alma de Jiang-gongzi —suena, moviendo la copa en su mano con indiferencia. Wei Ying mira a su a-jie contenerse cruelmente—. Espero que haya conseguido la paz de su alma.
—Fuqin. —La voz de advertencia de Jin Zixuan es poderosa. Sus ojos se mueven con furia hacia su padre, quien solo levanta una ceja como si se preguntara en qué se equivocó.
Podría ser buen momento para levantarse y decir que su hermano está vivo, muy vivo, y que seguro con la fuerza que ha desarrollado ahora en sus brazos, sería capaz de ahorcarlo hasta hacerle comerse la lengua, pero hasta él sabe que no es prudente hablar, no ahora. Lo que hace es tomar los palillos, agarrar una gran pieza de carne y llevarla a la boca.
—No encontré el alma de mi shidi —dice con desdén, antes de vaciar también la copa—, pero si encontré muchos chicos con un parecido increíble a Jin-zhongzhu. ¿No es eso interesante? Había tantos que podrían formar un ejército para invadir la torre Koi —suelta con una sonrisa de medio lado, peligrosa. Jin-zhongzhu bate su abanico y sonríe con indiferencia.
—Oh, Wei-gongzi, hay tantos parecidos en el mundo. No sé de qué hablas, aunque supongo que si Jiang-zhongzhu no pudo contra los rumores de...
—¡Suficiente! —La voz de Jin Zixuan se eleva sobre la de ellos. Wei Ying entonces nota la palidez de su hermana y la forma en que aleja sus ojos del trono de su suegro—. Fuqin, está hablando del fuqin de mi furen. Espero que comprenda en qué ha fallado ahora.
—Oh, lo lamento, mi querida A-Li. No era mi intención hablar de los muertos.
—No se preocupe, zhongzhu, no puedo esperar el respeto a los muertos, cuando no lo da a los vivos. —Yanli suelta con hierro en la suavidad de su voz. Wei Ying abre la boca hasta que casi se le sale la quijada ante las palabras de su hermana. Jin-zhongzhu ha torcido la expresión como si acabara de sorber una lima agría—. A-Xuan, he perdido el apetito. Debo ausentarme.
—Iré contigo, A-Li. —Se pone de píe, cargando a un A-Ling que no ha terminado de entender qué acaba de ocurrir. Posa una mano amplia sobre la espalda de su hermana mientras la ayuda a avanzar—. Wei-gongzi, puedes venir con nosotros.
—¿No terminará de comer aquí? —pregunta Jin-zhongzhu. Wei Ying no va a perder la oportunidad y rápidamente se levanta.
—A-Li ha estado esperando su visita, así que estará con nosotros en nuestro palacio. Fuqin, Muqin, nos despedimos.
—Ve con cuidado, hijo mío. —Madam Jin se escucha por primera vez en la mesa, mirando con desprecio a su marido, pero con una sonrisa de orgullo.
Wei Ying puede imaginar que esa sonrisa es por lo bien que logró criar al pavo real. Hasta él, en estos últimos años, ha tenido que admitirlo.
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Dos viejas vidas
FanfictionLa guerra acaba después de cinco años, pero los herederos de Yunmeng Jiang y Gusu Lan siguen desaparecidos. Después de una extensa búsqueda: Lan Zhan y Wei Ying encuentran a sus hermanos sin núcleos, viviendo una vida de campesinos. Pero si ellos es...