Un nuevo baúl apareció en el Jinshi varios días después. Jian Cheng mira la nueva pieza de madera y bronce y se pregunta qué hará con tantos baúles que ha recibido desde que llegó su familia. Con este, ya es el séptimo baúl.
—Viene de parte de Jin-furen —explica a-Yao, de pie en la puerta. Es temprano en la mañana, Wei Wuxian debe estar durmiendo y sus hijos con su esposo están con Lan QiRen en sus clases matutinas.
—¿Sabes qué es?
—No me informó —A-Yao se sienta a su lado, luciendo tan curioso como él—. Zixuan solo dijo que llegarían en la mariposa.
Jiang Cheng pensaba ocupar su tiempo libre de la familia en seguir escribiendo los libros de su secta, pero quería mirar primero dentro del baúl. En un movimiento, abrió los cerrojos de bronce y levantó la tapa. Unas preciosas túnicas en seda y lino violeta lo esperaba. El corazón de Jiang Cheng se detuvo.
La primera pieza que salió fue una hermosa túnica exterior bordada en hilo de plata, con representaciones de lotos que corrían por todas las mangas y la parte frontal de la túnica. Al levantarla del baúl, notó que ésta era de su altura, el largo suficiente para cubrir sus muñones al ponerlas.
—Es... es hermosa —A-Yao suelta con fascinación. Jiang Cheng no tiene palabras.
Es una túnica preciosa para representar un líder de secta, y al seguir sacando otras túnicas del mismo tamaño, nota la preciosa colección de negros, grises, plateados y purpuras que combinan para tres trajes completos para representar a la secta como su líder. Debajo de ella hay una caja más de madera y al abrirlo, tres guan y decoraciones plateadas esperan, todas con decoraciones de lotos, jades y amatistas que brillan ante la luz.
—No puedo usar estos —mira los accesorios con algo amargo en su estómago. Su cabello se niega a crecer, quizás porque lo descuidó por demasiado tiempo. Su esposo insiste, mientras lo cepilla y lava con masajes y aceite, que pronto volverá a crecer.
—Lo harás, no es algo en lo que debas preocuparte —dice a-Yao, y él puede estar de acuerdo con eso. Deja la caja a un lado y sigue sacando más túnicas.
Las siguientes vienen enlazadas en una cinta preciosa de color purpura con bordados de plata en sus puntas. Con arreglos similares a las suyas, terciopelos, sedas y linos de diferentes tonos de púrpuras y bordados preciosos de lotos y muelles, puede reconocer por el ancho de los hombros que esa es de Lan Huan. Su corazón se calienta de nuevo al imaginar a su esposo.
—Lan Huan parecerá más líder de secta que yo con su altura y su porte —dice Jiang Cheng, sin pizca de rencor, sólo una adoración tan voraz que consume sus entrañas al pensar a su esposo con esas telas. A-Yao sonríe.
—Ante él, ninguno de nosotros tiene siquiera una oportunidad.
Ríen juntos ante ese pensamiento. Los púrpuras ceremoniales en Lan Huan lo harán parecer más dios y emperador que humano. Aún cuando ya no tenga la musculatura que tanto disfrutó cuando era cultivador, su estructura ósea y su belleza etérea es irremplazable.
Apartan las túnicas largas y anchas para su esposo y A-Yao las vuelve a doblar mientras Jiang Cheng se siente de nuevo golpeado. Estas túnicas en otras acumulaciones de cintas, son pequeñas e infantiles. Son de sus hijos. Ríe con los ojos húmedos mientras observa el bordado de los lotos de nueve pétalos adornando las túnicas exteriores y luego dos juegos de túnicas de entrenamientos dignos de sus herederos.
—Han pensado en todo —es todo lo que dice a-Yao mientras toma las pequeñas túnicas y las mira con amor fraternal—. Ellos amarán estas.
—Sí.
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Dos viejas vidas
Fiksi PenggemarLa guerra acaba después de cinco años, pero los herederos de Yunmeng Jiang y Gusu Lan siguen desaparecidos. Después de una extensa búsqueda: Lan Zhan y Wei Ying encuentran a sus hermanos sin núcleos, viviendo una vida de campesinos. Pero si ellos es...