Dos viejas vidas

Cap XLVI

El viaje fue largo, pero Lan Huan ha sentido el cambio del aire tan pronto como cambiaron de las fronteras de Lanling Jin a Gusu Lan. La forma en que van subiendo a las montañas, que el aire se hace más frío y su estómago se empequeñece, son evidencias de que están cerca de su hogar.

El carruaje descansa en algunas ciudades durante el trayecto, visitando varias posadas a su paso. Ya se empieza a escuchar los rumores de que el líder de Yunmeng Jiang está de vuelta y en uno escuchó a un joven muy decidido convenciendo a su padre de ir a presentarse para mostrar su honor.

Volverá a casa, se presentará ante sus ancianos, le dirá el porqué de su decisión y presentará a a-Jun ante ellos. Les dirá lo que ya él y su esposo han decidido.

Volverá a su casa y se presentará con A-Cheng ante su salón ancestral y revivirán los votos, ahora como Lan Huan y Jiang Cheng y volverán a Muelle de loto en un palanquín matrimonial que Huaisang está preparando.

Volverá a su casa a dimitir oficialmente de su secta y casarse con la secta de Yunmeng Jiang casi extinta. Que emocionante y aterrador suena todo.

Sobre todo ahora que sabe, está frente a las escaleras de Gusu Lan. Su piel se tensa. Meng Yao acaricia suavemente su antebrazo cuando lo mueve al frente, mientras todos bajan del carruaje.

—Gege —la voz de su hermano lo abruma. Una sonrisa temblorosa se dibuja en sus labios.

—A-Zhan.

—Bienvenido a casa.

No demora en ir hasta él y abrazarlo. Se siente bien, se siente muy bien. Suspiran ansioso cuando se aprieta a su cuerpo y disfruta del calor de su hermano. Esta vez, Lan Zhan devuelve el abrazo casi de inmediato, se siente bien sentirlo tan cerca, y el aroma a sándalo que desprende de su túnica es reconfortante.

—El Jinshi está preparado, gege. Jiang Wanyin, waishens, Meng-gongzi, bienvenidos a Recesos de las nubes.

—¡Shushu! —Feng-er corre y se aprieta a la pierna de su hermano, a-Jun también corre tras él repitiendo «shushu, shushu, arriba».

—Mierda, olvidaba las putas escaleras —La expresión de su esposo lo hace resoplar.

Imagina con cariño ese rostro frustrado y algo se caliente más en su corazón al saber que en unas semanas podrá llamarlo esposo de nuevo, ahora frente a todas sus familias. Se inclinará y le servirá el té a sus hermanos y él lo hará con su shushu y su didi. Tendrán la boda que renovará los votos que no han cambiado.

—No vas a tener que subirlos a pie, tu gege puede levantarte.

—¡Ni se te ocurra tocarme ahora, Wei Wuxian!

—Lo haré yo... —dice suavemente—. Puedo cargar a mi esposo, ¿cierto?

Jiang Cheng no hace mucho ruido y Lan Huan lo carga sobre sus brazos de esa forma cómoda en la que está acostumbrado. Ama que a pesar de haber recuperado sus recuerdos y tener ahora la totalidad de su personalidad, nunca ha negado el abrazo ni su cuidado.

—¡Feng-er subirá las escaleras solo porque soy grande!

—Aiya, Feng-er, te vigilaré y te haré cosquillas si te resbalas.

—No bobo, ¡cosquillas no!

Jiang Cheng resopla sobre su mejilla. Lan Huan recibe el auxilio de A-Yao mientras empieza a subir las escaleras con cuidado.

—A-Jun terminó más apegado a su Lan-shushu que a cualquier otro shushu —dice A-Cheng mientras rodea con sus brazos su cuello.

—Creo que quedó positivamente impresionado después de que a-Zhan se inclinará en disculpas por habernos hecho llorar.