—Entonces, ¿está decidido?
La voz de Meng Yao le aprieta la garganta, pero no dice nada mientras escucha los pasos de Zhou-er avanzar en la casa. Sus hijos corren a él primero para saludarlo y besarlo, luego corren hasta sus piernas y él se arrodilla para abrazarlos a ambos.
—Sí, a-Yao, está decidido.
—¿Estás bien con eso, a-Yue?
—Y-yo... sí. Sí, creo que es lo mejor.
—Bien, entonces iré ahora mismo a ultimar los detalles para que salgamos esta noche.
—Yo saldré al mercado —escucha a Zhou dejar algunas cosas, para llevarse otras más—. Necesitaremos suministros.
—No muchos para no llamar la atención.
—Sí... —Zhou se acerca. Yue odia sentir que le falta el aire conforme escucha los preparativos—. A-Yue, ¿estás bien?
Esas manos ásperas sostienen su rostro, lo hacen con cariño, con amor, con decisión. Yue ama esas manos, las ama, aprieta el agarre de ellas como si quisiera esconderse allí.
—Zhou-er, cariño...
—¿Qué pasa? ¿Te arrepientes?
—Me estoy sintiendo tan poco filial...
—No les debemos nada. —Zhou asegura. Yue lo sabe, lo sabe, pero ese hombre... ese anciano. Siente que le debe todo.
—Lo sé...
—¿Entonces? —Yue se siente tan miserable, tan indeciso.
No responde a su pregunta, se quedan en silencio.
—No quiero obligarte. —Finalmente Zhou lo suelta—. Sé que no confías en mí.
—No digas eso, ¡claro que confío en tí! —Yue levanta la voz. Zhou suelta un resoplido de burla.
—No lo haces. Lo más estúpido de todo es que no sorprenderme demasiado.
—Zhou, por favor.
—¿Por favor qué? ¡Es obvio que no confías en mí! ¡Prefieres ir a decirle a cualquiera lo que pasa contigo excepto a mí!
—No era cualquiera, ¡es mi shufu!
—¡Un hombre al que ni siquiera recuerdas!
—¿Qué quieres que haga? ¡Qué te diga las cosas horribles que te hicieron frente a mí!
—¡Oh, claro! ¡Cómo si no pudiera hacerme una maldita idea!
A-Jun comienza a llorar. Yue se calla y siente la electricidad moverse en sus manos, de hecho, bajo su piel, mientras el llanto de A-Jun incrementa y A-Yao se apresura a calmarlo. Luego Zhou suelta una risa amarga. No, una carcajada horrible, siniestra, que sólo le escuchó en los momentos más oscuros de esos cinco años. Jamás se dirigió a él.
—¡A la mierda...! —Zhou suelta y luego Yue escucha los pasos que se alejan de él.
—A-Zhou, espera...
—A-Yue, déjalo un momento, por favor —A-Yao interviene.
Lo próximo que escucha es la puerta del patio cerrarse.
—A-Jun, calma, ¿sí? No pasó nada, nadie está enojado contigo. Solo baba y a-die están teniendo una discusión, pero la arreglaran. Siempre lo hace.
—Xiao shushu, ¿por qué discuten? ¿Por que a-die está llorando por baba? —A-Feng pregunta, con voz apretada—. Baba, ¿por qué a-die llora?
—Porque a-die está asustado y baba también —Yue responde a su hijo con una sonrisa que siente derretida sobre su piel. Sus labios tiemblan, está haciendo un esfuerzo para contener sus lágrimas, pero apenas es creíble.
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Dos viejas vidas
FanfictionLa guerra acaba después de cinco años, pero los herederos de Yunmeng Jiang y Gusu Lan siguen desaparecidos. Después de una extensa búsqueda: Lan Zhan y Wei Ying encuentran a sus hermanos sin núcleos, viviendo una vida de campesinos. Pero si ellos es...