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Garrett y Giséle Rosseau querían algo mágico, no necesariamente un hechizo o una criatura de cuento, solo querían tener su propia historia feliz, como en aquellas historias que tanto amaban. Isabelle fue una hermosa dama, maldecida por su c...
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Y así, todos los muñecos se lanzaron al ataque, y con buena parte de la muchedumbre siendo golpeada a puñetazos y burlada. Algunos golpeados por los objetos, dejados sin dientes, unos fueron quemados por fuego con té en sus traseros (Cortesía de Chloé y Helen) o asustados con cuchillos al aire, (Por parte de Thomas).
De los mayores dolores que el que sufrió uno de los comerciantes que intentó acorralar a Danielle con una vela, pues Vincent llegó a su rescate con unas tijeras en el trasero del hombre. Incluso les dio tiempo para compartir otro beso apasionado. Algunos tuvieron suertes peores, pues sus partes fueron atarazadas (Por más mal que suene) Por Linda, Lucifer y sus crías. No había mejor placer para las mascotas que proteger su palacio y familia con sus garras y dientes. Llegó un punto en el que algunos se estaban rindiendo y abandonaban el castillo.
Léonard y Paulette y los demás, Matthieu, Gapard y D'Barrad, con sus parejas Laurette y Nathallie (Para que nada les pasase a ellas) escaparon rápido, siendo la madre Rosseau que lo guio por las posibles habitaciones en las que la bestia podría estar.
--Vengaremos a mi novio. --Susurró Paulette.
--Oh, no serás la única. --Rió Léo.
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No estaba en la 629, ni en la 176, o en la 211. La habitación 33 estaba tan vacía que no se oía ni un eco. Paulette se fijó en aquella habitación con un cerrojo dorado que parecía tan aislada, en su propio pasillo. Aquella habitación donde todo empezó.
--¡Está ahí! --Exclamó. --¡Estoy segura que debe ser allí!
--¿Cómo es ella? --Preguntó Laurette, detrás de Matthieu.
--Oh, parece un ogro, una bruja, un animal... --Describió Léo, como si de una historia de terror se tratase, con la escopeta en la mano.
--¡Tienes que matarla de una vez! --Le aconsejó D'Barrad. --Cuando hay peligro cerca, hay que sacarlo del camino sin pensar mucho en el proceso.
--¡Y si viene en ataque, saquen el cuchillo! --Exclamó Nathallie, lo más bajo que pudo.
Su trayecto a la habitación infame terminó. Cuando Léo y Gaspard tiraron de la puerta con su eficacia y violentas manos... ¿Qué esperaban? Ella sabía que venían por ella.
