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Garrett y Giséle Rosseau querían algo mágico, no necesariamente un hechizo o una criatura de cuento, solo querían tener su propia historia feliz, como en aquellas historias que tanto amaban. Isabelle fue una hermosa dama, maldecida por su c...
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Angelique miró el vestido rosa entre tantos en el armario de Giséle. No podía creer que había sobrevivido tanto y mantenido su belleza. Solía ser suyo.
--Recuerdo cuando mamá lo hizo para mí. --Le dijo a Victorie. --Y para ti.
Su amiga rio entre dientes. --Mami amaba esto. --Tomó el vestido en sus manos. Recordar el pasado era algo que adoraban hacer, y se sabe que suena como un pasatiempo bastante extraño. Pero en un castillo como el que vivían, tras una vida como la que vivieron... si la mayoría de tus recuerdos del antes son malos, debes hacer un espacio para los buenos.
--¿Recuerdas cuando Belle nos presentó a Vincent? --Preguntó Angélique. --Era tan guapo.
--Y entonces creció. --Bromeó su amiga. --Aún no sé qué vio Danielle en él, después de sus días dorados.
--Su personalidad, Victorie. --Respondió Angelique. --Recuerda qué pecado nos metió en esto.
--La vanidad de Belle. --Siguió. --Pero Vincent era menos molesto de joven.
Incluso con la felicidad de esos momentos que habían vuelto a recordar, había una gran duda aún en sus mentes. Bueno, llevaba ya varios meses. Era bien claro que ya no tenían esperanza para romper su infame hechizo, pero...
--Victorie. --Preguntó Angelique. --¿Qué pasará con nosotros cuando muera la última rosa?
Victorie no sabía qué responder. ¿Belle estaba cambiando lentamente? Según los Rosseau, sí. Pero las rosas seguían muertas. Estaban muriendo, y ellos se quedarían así para siempre.
Cuando se imaginaban de grandes, se imaginaban una vida diferente. Aún tenían un corazón aunque no oyesen latidos, incluso ella.
¿Morirían? ¿Vivirían en miseria y dolor?
¿Aún eran recordados? No... esa no, siempre fueron los sirvientes invisibles. No tenían a nadie más allá del castillo.
--No lo sabremos hasta que caiga el último pétalo. --Dijo la muñeca. --Al menos, han sido días, meses más felices.
Verán. Ver lo positivo en lo terrible era parte de ellos.
Sonrieron. Tristemente. Sí, eran días felices. Sí, se iban a acabar. Sí, no había nada que ya los pudiese salvar...
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