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Garrett y Giséle Rosseau querían algo mágico, no necesariamente un hechizo o una criatura de cuento, solo querían tener su propia historia feliz, como en aquellas historias que tanto amaban. Isabelle fue una hermosa dama, maldecida por su c...
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Estaban en la habitación 208, con su chocolate caliente. No tardaron mucho en darse cuenta de que estaban sonriendo como no lo hacían en años.
--Supongo que Belle nos hará esperar unos días más. --Murmuró Garrett. Giséle apenas había recordado que ese día se suponía que irían a la aldea. Después de la tormenta, casi se había ido de su mente. Hacía mucho que no sabían de ella. A veces se preguntaban si de verdad los extrañaba, si de verdad podía ver que ellos la amaban, o si, siquiera, los recordaba.
--Cuando volvamos, debemos hablar con ella. --Afirmó la pelirroja. --Me gustaría arreglar las cosas con ella.
El joven suspiró, pensativo. --Sabes... he estado pensando últimamente en todo lo malo que mamá nos hizo pasar... --Miró fijamente a su hermana y ella a él. --¿Crees que vale la pena?
--Bueno... --La joven recordó la primera vez que vieron a Belle sonreír. Siempre había tenido la esperanza de que su madre cambiase, y aún la tenía. --Belle pudo cambiar.
--Giséle, nuestra madre no es Belle.
Ante esto último, su hermana se quedó pensativa, mirando hacia el suelo.
--¿Por qué crees que Belle cambió? --Preguntó Garrett, sabiendo la respuesta. --¡Se dio cuenta de que nos hacía daño, a todos! ¿Crees que nuestra madre pueda hacerlo?
Garrett se dio cuenta de que había cambiado, en muy pocos minutos, de decirle ''mamá'' a decirle solo ''nuestra madre". Fue el momento en el que se dio cuenta de que estaban teniendo una nueva familia. Y por alguna razón, aún quería ver, al menos una última vez, a su madre. De verdad tenían cosas por resolver.
Vieron a unos demonios llamados Linda y Lucifer entrar al cuarto, sin invitación alguna, y posarse encima de ellos como si fuesen sus mascotas. Linda estaba lamiendo a Garrett y Lucifer en la cabeza de Giséle.
--Los odiamos mucho. --Dijo Giséle, viendo como la cola de Lucifer se movía de un lado a otro en frente de ella. Linda se sentó en el regazo de Garrett.
--¿Recuerdan cuando nos metieron en problemas con Belle, bastardos? --Preguntó sarcásticamente el joven, acariciando a Linda. La puerta se abrió, dejando ver a Belle. La bestia se burló de ellos en voz baja. Eso no les agradó mucho.
--Creí que era más madura, madame. --Se quejó Giséle, apartando la mirada, indignada. --Ellos se acercaron a nosotros. Los odiamos, lo sabe.
La bestia alzó al ceja, sorprendida por el tono que usaban con ella. --Sí... lo que digan, niños.
Garrett gruñó por la insistencia del monstruo. --Belle, no somos niños.
