🥀🥀🥀
Garrett y Giséle Rosseau querían algo mágico, no necesariamente un hechizo o una criatura de cuento, solo querían tener su propia historia feliz, como en aquellas historias que tanto amaban. Isabelle fue una hermosa dama, maldecida por su c...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🥀🥀🥀🥀🥀
Veía a Belle abrazando a los niños, gracias a su collar, pensativa. De verdad pensó que Belle no podría hacerlo. Estaba confundida y, a la vez, orgullosa.
--¿No se ven lindos? --Preguntó Amelie. --Y no tuvimos que mover ni un dedo para que pasase.
--Nunca lo hacemos. --Musitó Agathé. Sí habían tenido la intención de hacer una pequeña intervención en las historias de aquellos que bendecían o maldecían, pero nunca lo hacían directamente. La única forma en la que podían hacerlo era mediante sueños, y los sueños siempre se volvían un recuerdo borroso en las mentes en las que entraban.
--¡Amelie, jamás! --Se rehusó. Oyó a su hermana suspirar.
--Agathé, ¡Lo puedo sentir, solo necesitan un empujo de nosotras! --Le dijo. --¡Ellos son seres que se preguntan qué hubiese pasado si nunca hubiesen cambiado! ¡Todo lo que necesitan es una vuelta del destino, solo una más!
Era verdad, y Agathe tenía que admitirlo. Era todo lo que los bendecidos y al maldecida deseaban.
--Creí que estaban en su hogar. --Murmuró. --Les bendije con un hogar... ¿No es suficiente?
Amelie soltó una risita. Su hermana podía enseñar las más valiosas lecciones con sus hechizos, pero estaba lejos de ser perfecta, algo que no podía reprochar.
--Hay que mantenerlos allí, una última vez. --Sus ojos brillaron de color rosa. Podía ver unas pisadas en la nieve y un líquido rojo en ella.
Agathé vio su collar. Sabía que con ellos se debía hacer una excepción. Una vez, en un sueño.
--¡Stef! ¡Naia!
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Conseguir a Matthieu y a Gaspard en la taberna no fue difícil. Ambos venían de sus citas con sus pareja. Gaspard venía con un cigarrillo en la mano, y Matt lleno de besos. El ver a alguien tan patético tener una pareja que lo adorase tanto era hilarante para Léonard y Jonah.
