"C'est... la... fête"

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--¿Y bien?

Estaban los 4 reunidos en el cuarto de Victorie y Giséle en la noche. Garrett fue el primero en hablar. 

--Es sobre el castillo. --Dijo. Victorie y Angélique se miraron uno a la otra, sonriendo nerviosamente.

--Verás, querido, este... eeh --Empezó Victorie, nerviosa.

--¡Está encanta- Angélique ni siquiera pudo terminar. Su respuesta apresurada fue interrumpida cuenta Victorie le tapó la boca, incomoda. 

--Ya nos dimos cuenta. --Respondió Giséle, aguantando la risa. --Es sobre los antiguos dueños del castillo... ¿Habían otros, no?

--¡Oh sí! --Exclamó Angélique, olvidando la frustración y miedo de su amiga. --El duque Julies de Beaumont, y la duquesa Isabelle de Villenueve-

--¡Angélique! --Susurró Victorie, molesta. --Sé que los chicos quieren saber, pero sabes que es un tema delicado-

--¿Por qué? --Preguntó Garrett. --En la habitación 33, un asco por cierto, vimos la foto de una familia. Supongo que ellos eran los antiguos dueños del castillo antes de-

''No les hablan mucho de monarquía en su casa, ¿No?'' Pensó Victorie. --Verán... es un tema delicado para la ama, ella... no le gusta hablar de ello-

--¡Todo parece un tema delicado aquí! ¡Las rosas, el castillo, incluso ella misma, parecen temas tabús! --Dijo Giséle. Angélique y Victorie estuvieron calladas unos segundos, hasta que Garrett habló.

--Chicas, queremos decir que... este castillo, no es normal. Muñecos que hablan, rosas que tiene sentencia si las quitas, ¡Y la ama....! --Se detuvo al recordar lo que Angélique le había dicho cuando la conoció. No... no quería ser así, juzgar a alguien por como se veía... pero con la ama, le era casi imposible. 


Silencio incómodo. Angélique empezó a reír. No entendían por qué, pero decidió empezar a reír. --Chicos, creo que necesitamos cenar, olvidarán todo una vez que coman, siempre me pasa. Una vez tuve un novio, que me engañó con otra, y cuando comí, ¡Se me olvidó su nombre! Siempre funciona. Comer.

Hizo señas para que Victorie los acompañase también. Los hermanos pensaban en las preguntas que traía ese bello castillo, pero quizás Angélique tenía razón. Quizás, solo necesitaban comer.

Una muñeca no se puede equivocar. 

--Supongo. --Dijo Garrett, aún con dudas. Pero Giséle, al salir, vio esa puerta del cerrojo... el cerrojo dorado, que tanto estaba prohibido... 

 

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Les Rosseau et la Bête (RETELLING) (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora