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Garrett y Giséle Rosseau querían algo mágico, no necesariamente un hechizo o una criatura de cuento, solo querían tener su propia historia feliz, como en aquellas historias que tanto amaban. Isabelle fue una hermosa dama, maldecida por su c...
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Belle amaba leerles a los niños.
Así es como debía empezar este capítulo, no había duda alguna de que había vuelto a ser una de las actividades favoritas de la bestia. Su tipo favorito, eran aquellas que causaban miedo como Le petite chaperon rouge, o Petit Pouce. De vez en cuando, alzaba sus ojos hacia los niños, para ver si estaban asustados con la historia. A veces fingían estar asustados, otras veces solo se reían.
Esa vez estaban en el mar... un cuento danés sobre una sirena que se volvía humana. O algo así. A pesar de sus esfuerzos, había terminado quitándose la vida, porque su príncipe amaba a otra. No pudo evitar sentirse mal por la sirena, que parecía tan ilusionada por el amor. Incluso creyó oír a Garrett llorar, pero justo cuando alzó su mirada, el pelinegro ya se estaba secando las lágrimas.
--''¡Tú has hecho con tu corazón los mismos esfuerzos que nosotras, has sufrido y salido victoriosa de tus pruebas y te has elevado hasta el mundo de los espíritus del aire, donde no depende más que de ti conquistar un alma inmortal por tus buenas acciones! eso le dijeron las hadas'' --Narró, con tanta euforia que esperaba que los jóvenes no se sintiesen tan mal por la protagonista.
--Ojalá haya sido feliz. --Oyó decir a Giséle, casi un lamento por la tragedia de la Sirena. --¿Es un final feliz, no?
También oyó una risita de Garrett cuando su hermana preguntó aquello. --Es mejor trabajar duro por la vida eterna a estar con ese bastardo que no la amaba. --Gruñó en las últimas palabras.
--¡Garrett, ese lenguaje! --Lo regañó Belle, aunque sonrió al terminar la oración.
El joven tenía ganas de responder pero no se le ocurrió nada. A pesar del mal temperamento que antes caracterizaba a Belle, esta nunca había dicho una mala palabra, y si la había dicho, él no había escuchado, la había olvidado, o era tan lejana que no podía traerlo de vuelta y esperar que la bestia lo recordase. Por su parte, Giséle vio el libro que Belle les había leído. Había una pregunta que seguía girando en su cabeza, y por alguna razón, Belle parecía la única persona a la que podía preguntarle eso.
--Belle. --Habló. --¿Vale la pena arriesgar todo por amor?
La bestia estuvo callada unos segundos, pensativa.
Sonaba como una idea romántica, y si hallabas al amor de tu vida, quizás podías atinar. Pero, ¿Y si creían que el amor de su vida era aquello, para luego ser destruido? Tenía miedo de tener otra relación, no porque le habían fallado, no solamente eso. Estaba segura de que fallaría otra vez.
Pero... ¿Y si un hombre demostraba amarla? ¿Y si ella podía amar a ese hombre? ¿Hacer todo uno por el otro? ¿Y si estaba segura de que era el indicado?
--Incluso si estás muy seguro, incluso si aquella persona les demuestra que los ama, sigue siendo un riesgo. --Les dijo, casi un consejo.
Los niños no dijeron nada. Garrett ni siquiera tenía su mirada en Belle.
