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Garrett y Giséle Rosseau querían algo mágico, no necesariamente un hechizo o una criatura de cuento, solo querían tener su propia historia feliz, como en aquellas historias que tanto amaban. Isabelle fue una hermosa dama, maldecida por su c...
Gaspard y Matthieu estuvieron buscando un lugar en todo el bosque, pues es verdad que Paulette no les comentó de ningún castillo al que mandó a sus hijos. No había nada más allá. Fueron casi devorados por lobos, si no les hubiesen disparado a los mismos.
--¡Sabía que todo esto de matar a una bestia era mala idea! --Se lamentó Gaspard.
--¡Tenemos que encontrarlos! ¡Tenemos que vengar a Léonard! --Insistía Matthieu. Mientras seguían caminando, encontraron un puente de cristal, una última oportunidad para encontrar a los Rosseau.
Quizás fue el destino, o una casualidad, conforme daban sus pasos, que encontraron un castillo, lleno de nieve por los bordes, torres puntiagudas, elegante como podía ser, adornado con las estrellas que había en el cielo.
Había un patio, inmenso, lleno de nieve, y a la vez, flores que en la aldea y más alrededor, solo crecerían en primavera, y sus escaleras tan frías como aquel puente por el cual llegó a ese lugar, y sus ramas llenas de nieve, como los bancos, y los árboles, pinos, como si fuese Navidad. Y en ella, dos jóvenes estaban vestidos de gala, buscando rosas para alguien... solo ellos dos.
--¡Los Rosseau! --Exclamó Gaspard en voz baja, con miedo de perder la cordura. Matthieu lo calló al instante, mientras se acercaban por los lugares que analizaban, para que los Rosseau no los viesen llegar. Tomaron sus capas, y se escabullían bajo los arbustos y árboles fuera del patio, antes de poder agarrarlos.
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Solo quería tomar unas cuantas flores para Belle. Eso era todo.
--Siento que tienes deseos de decirle algo. --Decía Garrett, divertido. Giséle asintió, tomando rosas blancas y crisantemos. El joven oyó varios ruidos de los arbustos, pero no pensó que sería tan grave.
--Ella lo amará. --Giséle ya las tenía en mente. --Me imagino que tú también quieres decírselo.
Garrett pensó en la posibilidad. Sí, podía imaginarse aquellas palabras, y lo que podría ser. Sonrió.
Me gustaría decir que fueron al castillo a tiempo y le dijeron esas palabras a Belle, en serio esa es la versión que me gustaría narrar. Pero no fue así. Matthieu y Gaspard tomaron sus piedras, y cuando nadie los vio, atacaron a los Rosseau con estas. Ahí fueron donde pudieron ver quienes estaban moviendo las hojas verdes, pero fue ya demasiado tarde.
Cabe aclarar que nadie los vio por ninguna ventana ni espejo en el momento. De ser así, no hubiese pasado la tragedia.
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