Capítulo 5

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Cuando Lia recordaba ese bochornoso momento, por unos segundos se enojaba, luego se reía despacio por recrear la imagen de Hwang Yeji. La pelinegra se parecía a esos leones de las caricaturas que al ver a un personaje sexy se le salían los ojos, abrían su boca para sacar la lengua y rugir como animal en celo. 

Aunque Lia admitía muy en el fondo, que el sentirse deseaba por la pelinegra, el que la viera de esa forma tan desconocida por ella, le había gustado. Pero claro, se sentía ofendida de cierta forma pues nunca antes nadie la había visto en esas condiciones, ni siquiera su madre. "Tonta Hwang..." y lo peor es que no terminaba ahí. Lia solo quería esconderse de Yeji. Sentía que la pelinegra la desnudaba con solo mirarla. Como si tuviera la ropa interior todo el tiempo. En parte era cierto, a la señorita Hwang le costaba olvidar esa imagen.

—¿Hija, no vas a desayunar?

En casa de Lia las cosas eran tranquilas, sus padres ya sospechaban que a su pequeña no le gustaban precisamente los chicos , y estaban seguros que tenía que ver con la chica que siempre la buscaba.

—No mama, no tengo hambre —Dijo tomando solo un vaso de leche.

—¿Te pasa algo? Tú siempre desayunas bien

—Recuerda, el desayuno es el alimento más importante del día —Dijo su padre viendo como su pequeña se sentaba en la mesa.

—Lo sé... pero últimamente se me quita el apetito

—¿No será que estas enamorada? —Dijo su madre risueña viendo como poco a poco su hija se sonrojaba.

—¡Mama! Claro que no... el amor solo es una pérdida de tiempo... estudiar es lo más importante...

—Aja... como me gustaría que encontraras a alguien... por que no sales con esa chica... la que siempre te busca... ¿cómo se llama?

—Hwang, Hwang Yeji —Dijo su padre seguro.

—¡No! Ella no me gusta... —Lia miro a su padre algo confusa—. ¿Como sabes su nombre?

—Pues... eh... ha venido a platicar con nosotros.

—¿En verdad? —Dijo Lia bebiendo lo último que quedaba en su vaso.

—Si, nos vino a pedir tu mano en matrimonio—Dijo su padre.

Lia escupió la leche y comenzó a toser.

—¿Queee? —dijo consternada tratando de no ahogarse.

Sus padres empezaron a reír.

—Ay Lia-shi, es broma... pero si ha venido a presentarse. Es muy educada, a tu padre y a mi nos ha encantado.

Lia frunció el ceño, esa Hwang actuaba rápido, primero se ganaba a sus padres antes que a ella.

—Ya me voy... —Dijo evitando el tema de Yeji.

Se levanto de la mesa y se despidió de ambos con beso en la mejilla.

—Cuídate hija, nos vemos en la noche.

Los señores Choi vieron como su pequeña salía de la casa, escucharon el auto de Lia arrancar.

—¿Crees que sospeche?

—No, ha estado bastante distraída, ayer tenía la receta de algunos pasteles en la mesa ¿y crees
que los leyó? —Dijo la madre

—Lo note, venia un poco extraña...

—Si te digo, es el amor...

—Bueno, bueno... está creciendo tan rápido...

—Si va a cumplir 21, no la quieras tener todo el tiempo con nosotros

—¡Lo se mujer! Pero... —El señor Choi respiro hondo—. Aun cuesta aceptar que es toda una mujer.

La mujer que no soñé jamás (YEJISU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora