Capitulo 46

41 7 1
                                    


En la habitación donde estaban Lia y Yeji, la menor comenzó a despertar. Al abrir los ojos, se encontró con la mirada tierna de su novia, lo que le causó un pequeño susto. Sin embargo, al notar que ambas estaban vestidas, su alarma se desvaneció.

—Ya es algo tarde, pronto amanecerá —dijo Yeji con una sonrisa pícara.

—¿Qué? —preguntó Lia, entrecerrando los ojos en confusión.

—Es broma. Dormiste como por media hora. Vamos —respondió Yeji, levantándose de la cama y tomando la mano de Lia.

—¿Qué hora es? —preguntó Lia, aún adormilada.

—Casi las 3:00 a.m. Tus padres deben estar preocupados —replicó Yeji, mirándola con preocupación.

—Lo sé —Lia se llevó la mano a la cabeza, tratando de recordar lo que había pasado. La vergüenza la invadió, y le daba pena preguntarle a Yeji.

—Te amo —le confesó Yeji, mirándola a los ojos con dulzura.

—Yo igual... —respondió Lia, y se besaron, sintiendo cómo su relación se fortalecía. En ese instante, nada ni nadie podría separarlas.

***

Ese domingo por la mañana, en la mansión de Yeji...

—¿De qué estás hablando? —dijo consternado el señor Hwang, mientras conversaba con su segundo hijo, Minhyun.

—Sobre la inversión. Leandro dijo que debemos exportar las telas a Italia. Ya había hablado contigo de eso —explicó Minhyun.

—No recuerdo... —dijo el padre, con seriedad. La preocupación lo invadía; cada vez era más evidente que su memoria fallaba.

—Vamos, firma esto. Es la orden para empezar a exportar —insistió Minhyun, extendiendo un documento.

—¿Dónde están mis lentes? —preguntó el señor Hwang, inquieto.

—¿No confías en mí? —replicó su hijo, notando la mueca en el rostro de su padre.

El señor Hwang hizo una pausa. Era su hijo, una imagen viva de su madre. Con un suspiro, tomó la pluma y firmó las hojas, y una sonrisa de victoria apareció en el rostro de Minhyun.

—Toma... —Minhyun observó a su padre, notando un gesto de traición que no pudo ocultar.

El rubio cenizo salió del despacho de su padre, y al mismo tiempo, un hombre de traje entró.

—Señor Hwang —dijo el hombre.

—¿Trajiste lo que te pedí?

—Así es —respondió, entregando un fólder.

—Puedes marcharte.

El hombre se fue, y el señor Hwang se quedó pensando en lo que estaba a punto de descubrir. Respiró hondo antes de abrir el fólder. Al leer las hojas, su rostro cambió drásticamente. Era demasiado para su corazón; no podía entender en qué se estaba metiendo Minhyun. De repente, sintió un dolor punzante en el pecho, como si se contrajera.

—¡Maldita sea! —gritó antes de caer al suelo desmayado.

Minhyun, que estaba cerca, escuchó el grito de su padre. Dudó un momento, pero luego entró al despacho y vio a su padre tirado en el suelo. Al mirar las hojas sobre el escritorio, las tomó con rabia.

—¡Mierda! ¡Por una vez podrías mantenerte alejado de mi vida! —gritó, guardando la información de nuevo en el fólder—. Ojalá te mueras —salió del despacho, furioso.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 24 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La mujer que no soñé jamás (YEJISU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora