Capítulo 27

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La nieve cubría gran parte de las avenidas, los autos se dejaban ver con capas de blanco sobre sus techos, el frió endemoniado se sentía como nunca, los mediados de diciembre se vivían. Una pelinegra caminaba por los pasillos de la universidad, ahí dentro la nieve era removida, para evitar accidentes. Miro hacia enfrente, una mueca de preocupación apareció en su rostro.

-¡Dios! ¿Estas bien? -Acercándose a su chica.

-Si, solo es otro suéter más que echan a perder -En tono molesto.

Lia tenia una horrible mancha en su pecho y parte de su cabello se veía pegajoso.

-Pero... -Tomando su rostro en desesperación-, Ah... en serio, ya no se que mas hacer -Miro a Lia -Como fue que...

-Desde el piso de arriba, ni siquiera pude ver quien era, pero no importa.

-No digas eso -Colocando sus manos en sus hombros-. Solo están celosas, deja que se harten, después nos dejaran en paz.

-Si, como a ti solo te acosan para seducirte -Cruzándose de brazos y mirando hacia otro lado.

-Oye... sabes que no importa -Viendo a sus ojos-. A mi solo me preocupas tú, me interesas tú y... te amo -Dándole una tierna sonrisa.

-Lo se... pero -sacudió su cabeza-. Ya no se ni que pensar, siento que no podré resistir todas estas ofensas -La pelinegra la abrazo-. Verbales, físicas... no quiero que siempre aparezcas para defenderme, quiero hacerlo yo por mi cuenta...

-¡Y lo harás! Estoy segura... -Beso ambas mejillas -
Vamos, ¿quieres que te lleve a tu casa para cambiarte?

-No, debo entrar a clases.

-No te preocupes, no pasara nada si faltas dos horas, eres la mas inteligente -Acaricio su rostro con el dorso de su mano-. Además, puedes contraer un resfriado.

-Hum -No muy segura-. Esta bien.

La pelinegra sonrió, tomo a su novia y caminaron hacia el estacionamiento. Lia pensaba en los acontecimientos vividos los últimos días, no la habían molestado tanto desde la vez que gano el concurso nacional de química. Cuando el resto de la universidad se entero que ella, Choi Lia, había conseguido volverse novia de Hwang Yeji, muchas y muchos la odiaron. Recibía comentarios ofensivos por parte de las admiradoras de la pelinegra, inclusive algunos de sus compañeros le hicieron bromas pesadas para mostrarle su disgusto, hasta hubo una que otra maestra haciendo muecas de inconformidad a su persona.

Y esos comentarios que se volvían rutinarios para sus oídos: "¿Choi? Es poca cosa, no se que le vio" "Ha de haber perdido una apuesta" "De seguro sintió lastima por ella". Etcétera, etcétera.

-Pero... no me digas que... -Viendo directo a los ojos felinos de Hwang -¿Lo cambiaste?

-Si... se que no te gusta viajar en el, así que lo intercambie con Minhyun.

-¿Lo hiciste por mi? -La pelinegra asintió.

-Yeji... lo siento yo...

-¡No! No sientas pena, lo hice por ambas... ¿no te gusta?

-Claro, es bonito -Apreciando el automóvil.

-Vamos, sube -Abriendo la puerta, Lia entro-
Esta más espacioso -Cerrando y dando vuelta para entrar por el lado del conductor.

-Yeji... -Suspiro, su novia ya estaba dentro-,
Gracias -Le dio un beso en su mejilla-. Se que el otro te gustaba mucho.

-Naa, no tenia sentido si nunca te querías subir en el, aparte es automático, mas fácil.

-Pero no te gusta manejar automático.

-Ehh... pues... ahora me gusta -Sonriendo nerviosa.

-Ay Yeji, por eso te quiero -Riendo por la ocurrencia de su novia.

Al llegar a casa de Lia notaron que su madre había salido.

-Ha de haber ido de compras -Dijo Lia subiendo las escaleras-. En un momento bajo.

-Adelante -Sentándose en el sillón.

-No me tardo -Dijo por último Lia antes de entrar a su cuarto.

Desde la cocina se escucharon unos pequeños pasos, Yeji adivino que seria...

-¡Hwangsam! Hola cachorrito -Tratando de acariciarlo, pero este solo le gruño-. Vamos, cuando me vas a perdonar, solo fue un golpecito -Recordando como lo dejo chocar con la puerta del auto accidentalmente

-Ya... supéralo -Hwangsam dejo salir unos ladridos, como si su respuesta fuera no-. Bien... como quieras -Cruzándose de brazos.

Miro como el perrito le dio la espalda y camino hasta las escaleras, se dirigía a la habitación de Lia.

-Hum... ¿a donde vas? -Se levanto del sillón y siguió al cachorro, quien ya se encontraba en el segundo piso.

La pelinegra vio como el animalito fue hasta el cuarto de Choi y rasgo la puerta con sus uñas. Desde dentro se escucho la voz de Lia.

-¡Ya te diste cuenta que estoy en casa! -Y la puerta se abrió.

-Eh... Li... -Pero no termino su frase, a Choi sin blusa fue lo que observo.

-¡Ah! ¡Yeji! -Grito Lia azotando la puerta para cerrarla lo mas rápidamente, sin siquiera darle la oportunidad al cachorro de ingresar en ella, Hwangsam molesto empezó a ladrar.

-¡Lo siento! -Se disculpo la pelinegra, bastante apenada pero no arrepentida-. Yo... -dejando salir unas risitas-, de verdad lo siento.

-¿Por que te ríes? ¿Que no se supone que estabas abajo?

-Si pero... -Hwangsam seguía ladrando-, ¡Guarda silencio! -El cachorro gruño.

-¿Me estas callando?

-¡No! A ti no, al animal que no me deja escuchar -Dio unos pasos-. No fue mi intención -En tono suave-, Se lo mucho que te importa que nadie te vea en ropa interior, por así decirlo... y pareciera que lo hago a propósito... pero no es así -El cachorro empezó a ladrar. La puerta de la habitación se abrió, miro a su novia que le creía.

-Esta bien... ya, olvidemos esto -Le sonrió.

-Ya Hwangsam... ve abajo -Y el cachorro obediente callo y bajo las escaleras moviendo su cola de un lado a otro.

-¿Como... como le haces? -Sorprendida

-Fácil... nunca le di un golpe con la puerta del carro.

-Oye... me escuchaste...

-Si... ahora comprendo por que no le agradas -Empezando a reír.

-Ah Lia... -Se acerco a ella y la hizo retroceder -. Sabes, me gusta este suéter -Entrando a su cuarto y cerrando la puerta-. Eres tan bonita... -Atrapándola al poner sus manos en su cintura.

-Yeji, sabes que no... -Callándola con un beso, guiándola hasta sentarse ambas en la cama.

Hwang la respetaba, hacia lo posible por no propasarse con ella, aunque hubo una que otra vez que deseo colar sus manos dentro de sus ropas.

-No pasara nada que tu no quieras -Dejando de besarla-. Solo déjame tenerte así, para abrazarte y besarte -La vio acercarse.

Choi cerro los ojos para después volver a sentir los labios de Yeji sobre los de ella, sintió también sus manos en su cintura, a veces bajan un poco pero después volvían a ese lugar seguro. De pronto escucharon la puerta de abajo, su madre había regresado.

-¡Por dios! -Se asusto Lia-. Vamos, hay que bajar ya -Levantándose y tomando la mano de Yeji.

-Espera -La jalo-, Tranquilízate... si te pones nerviosa te delataras.

-Si, si... tienes razón -Moviendo la cabeza afirmativamente.

La mujer que no soñé jamás (YEJISU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora