Capítulo 11

135 17 1
                                    

La señorita Hwang iba perdida en sus pensamientos, hablar con su padre en cierta forma llegaba a estresarla, principalmente cuando el pedía cosas imposibles por dar de su parte. Pero claro, Yeji ya no era la chica de hace algunos meses, esa que solía salir todas las noches con distintas jóvenes, ni se preocupaba por sacar buenas notas y usaba su apellido para quitarse varios problemas legales. No, la señorita Hwang estaba cambiando, su padre debía de darse cuenta.

—Vaya... justo lo que necesitaba antes de irme

—Adiós... —Respondió Lia dándose vuelta.

—¿No vas hacia el estacionamiento? —Pregunto al ver que tomaba una dirección diferente.

—No, el auto de papá se descompuso así que ha tomado el mío

—Oh... entonces ven —Tomando su brazo y haciéndola girar.

—Pero que... —Se quejo Lia al estar frente a ella.

—Voy a una cita con mi padre, quiero que vengas

—¿Yo? ¿Para qué? —Sorprendida.

—Bueno... quiero que conozca a mi novia.

—¡Estás loca! ¡Deja de decir tonterías! —Empezando a ruborizarse.

—¿Cuál? Si es verdad, quieras o no serás mi novia.

—Por supuesto que no.

—¿Ah no? —Acercando su rostro—. Ya no seas terca, acepta que me quieres —Bajo sus mirada a su boca—. Te mueres porque te bese... tus labios tiemblan... —Posando sus manos en los hombros de Choi, esta solo giro su rostro.

—¡Basta! Alguien puede vernos.

—¡Ah! Ahora resulta que no quieres que te vean conmigo

—Me da lo mismo, yo no soy la cobarde —Soltándose de Yeji.

—Alto... no empieces a molestarte... ¿si? Tan bien que íbamos... —Lia se cruzó de brazos—. Dime, ¿quieres que te lleve a tu casa?

—¿Y la cita con tu padre?

—Hum... puede esperar...

Lia hizo una mueca, ya se le había hecho tarde, si tomaba el autobús tardaría una hora en llegar a su casa.

—Mmm... bien... —Yeji sonrió.

—Dame acá... —Tomando la mochila de Lia—. Que soy... muy... caballerosa —Batallando con el peso —¡Diablos Choi! ¡Ya te dije que no cargues piedras! —Haciendo un gesto forzoso.

—Eres una débil —Respondió Lia riendo.

—...

Entonces sucedió lo que Yeji había evitado todo este tiempo: espectadores. Unos chicos de la facultad de idiomas observaron como Hwang cargaba la mochila de Choi, y como esta le abría la puerta de su auto. Ellos se miraron entre si bastante incrédulos, comentando que si divulgaban lo que acababan de ver, nadie en la universidad les creería.

—Y dime... ¿cómo esta Lya? —Pregunto Yeji mientras se detenía en un alto.

—¿Que? ¿Te refieres al conejo? —La pelinegra asintió—, Jajaja... vaya nombre...

—Bueno... si no te gusta lo podemos cambiar —Avanzando.

—En realidad ni siquiera había pensado en nombrarlo.

—Entonces pongámosle uno.

—Bien... le pondré... —Poniendo un gesto pensativo, gesto que encanto a Yeji—. ¡Ah! Protón —Dijo segura.

La mujer que no soñé jamás (YEJISU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora