Capítulo 1

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La vida es un regalo lleno de sorpresas, y embellecer la vida está en nuestras manos, yo construí una vida llena de flores, libros y muchos amigos, como mi madre era florista sabía los nombres de las flores y mi único objetivo era convertirme en paisajista y lo logré. Yo iba en la primaria cuando perdí a mis padres, desde entonces me dediqué a mi educación. Terminé cada clase, en cada escuela, con becas y reconocimientos. Me aceptaron en una universidad de Italia en mi último año. Solo me hacía falta cursar ese año y acababa mi carrera. Mi futuro era brillante, tendría un futuro garantizado.

¡Italia! ¡Espérame, Italia! ¡Solo quiero estar en Italia!

—¡Poché! ¡Poché! — La morena comenzó a oír a lo lejos la voz de su tía Gabriela, sacándola de sus ensoñaciones y haciéndola regresar a la realidad.

María José es una chica de 26 años, con características bien definidas tanto físicamente como en su personalidad, tiene un carácter prácticamente indomable, no se deja roer fácilmente, lucha por sus sueños sin desistir, tiene unos ojos llamativos y con una tonalidad bastante peculiar, en algunos momentos se ven verdes, en otros de color café y con subtonos de esos mismos colores, tiene pecas en su rostro y también tiene sus cejas bastante definidas y pobladas. Además, es de estatura baja.

—¡Ya despierta Poché! —Vuelve a repetir su tía por enésima vez.
—¡Está bien, está bien! ¡Ya desperté! — Responde aún con voz somnolienta.
—¡Poché! — Repite entrando a su habitación —Date prisa, el proveedor llegó temprano hoy.
—Está bien ¿A dónde?
—¿A dónde más? A la tienda mujer, date prisa.
—Está bien, ya voy. —Dice parándose al fin de la cama.
—¡Buenos días! Que difícil es despertarte.
—Que ya desperté ¡Por dios!

Sueños, Italia. Realidad, florería.

Sin más demora, entra a ducharse y sale rápidamente para vestirse e iniciar un nuevo día.

Algo salió mal, muy pero muy mal. Dice de nuevo entre pensamientos, que la llevan al mismo tema: no haber logrado llegar a a Italia.

—¿Tía, que pasó? — Pregunta al ver que los repartidores ya descargaron todos los sacos que habían encargado para su florería.

—¿Por qué no los meten directo en lugar de dejarlos ahí tirados? — le pregunta a los repartidores ignorando la pregunta de su sobrina.

—Señora, tenemos mucho trabajo, debemos descargar unos árboles todavía.
—¿Y ahora qué haremos con esto?
—Descuida, yo me encargo de meterlos — Responde Poché con una sonrisa.
—¿Tú sola? Te lastimaras mi niña
—Dije que yo puedo sola con esto tía, tranquila.
—Déjame ayudar —Responde mientras la chica comienza a avanzar con uno de los sacos hasta la florería.
Al voltear Poché nota que su tía está tomando un saco en sus brazos.
—¿Qué haces? Te dije que yo lo hacía
—Déjame al menos este saco.
—De acuerdo, entra.

Una vez en mi vida todo estaba bien, pero hubo una mujer, una mala, una desagradable, una mujer que me arruinó, como sea, no pude graduarme de esa prestigiosa universidad en Italia. Piensa nuevamente Poché.

Poché mueve la cabeza alejando sus pensamientos y regresa para ir por el último saco, le tomó alrededor de media hora trasladar todos los que habían llegado, eran 36 y pesaban bastante.

—¿Cuántos sacos eran en total Poché? — Pregunta Gabriela saliendo nuevamente de la florería.
—Fueron 36
—¡Ay, pobre chica! —Murmura a lo lejos la mujer.

Toma el último saco, pero debido al esfuerzo, realizó un mal movimiento y se le suelta abriéndose y desparramando todo su contenido. ¡Maldición! Gruñe molesta.

¿Será que es amor? - Caché Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora