12

59 20 2
                                    


Miércoles 28 de Agosto del 2006;
12:50 am

Cris Anderson

Estaba en mi habitación, acostado en mi cama mientras miraba el maldito techo por casi una hora completa, sin demostrar ninguna expresión en mi cara, sin ningún pensamiento que traspasara por mi cabeza o alguna distracción que me mantuviera ocupado, no tenía nada, pues mi mente estaba en blanco en ese momento.

Pero en cuestión de segundos se escucho como alguien tocó la puerta interrumpiendo mi hermoso contacto visual con el techo de mi habitación, que ya de por sí, nos habíamos estado conociendo y me empezaba a caer bien.

Desde adentro alce un poco mi voz para que me escuchara sea quien estuviera afuera, diciendo el típico ¡adelante!.

¿¡Adivina cual imbécil fue suspendido un mes entero de la universidad y puede que vaya a la cárcel por agredir a alguien!?— habló Mike muy entusiasmado.

—¿Tú?— dije volteando mi cabeza para verlo, sin embargo, seguía acostado.

La carra de Mike fue un regalo, pues pasó de estar con una cara de haber ganado la lotería a una que decía "Le quitas lo divertido a la vida" cosa que me hizo soltar carcajada.

—Algunas veces siento que te rayas.

—¡Ya! ¡Ya!......¡Perdón!— dije con dificultad intentando recuperar el aliento perdido.

De acuerdo volviendo al tema, vine también a informarte que la universidad te dará una semana para que te recuperes.
¡No es grandioso!

—Supongo.

—¿Que harás en ese tiempo?

—Bueno, hace un rato interrumpiste una interesante admiración visual entre yo y el señor techo, así que, creo que lo seguiré haciendo toda esta semana hasta volver a mi rutina de siempre— dije sin tanta importancia.

—Vaya palabras del estudiante con más faltas de todo el aula, que cuando al fin tiene tiempo libre no lo sabe ni aprovechar de verdad.

—Si bueno, ¿y la zorra de Allison?

—Olvida esa perra, que se vaya a la mierda con Zack.

—¿Ya pasaste página?

—Yo diría de libro, libro que fue atropellado, aplastado y que ardió en el mismísimo infierno.

—¡Wow! Si que el amor es complicado para algunos— dije desanimado y frustrado al mismos tiempo.

—No la encontraste ¿cierto?

—¿A quién te refieres?

—Tú sabes claramente a quién me refiero.

—¿Tanto se me nota?

—Tu cara me muestra a un chico solitario, triste, desilusionado y deprimido.

—Eso no quiere decir que este enamorado.

—Yo nunca dije que te habías enamorado— sonrío Mike victorioso por haber llegado a su objetivo, que diga esa palabra "enamorado"

—Como sea, solo me hubiera gustado conocerla o al menos haberle dicho un gracias.

—Sigue engañándote Cris.

—¡Que no estoy enamorado!— dije arto, sentándome en la cama intentando convencerle a mi amigo que no tenía ese sentimiento llamado amor.

Además, era una total locura que de la nada me hubiera enamorado de una desconocida por medio de un dibujo, solo era una especie de ¿interés?

O eso es lo que quería pensar.

—Primera señal negación.

—¡Agh!— rendido, eché todo mi cuerpo atrás bruscamente, recostándome nuevamente en mi cama.

—¿Y no piensas volver para encontrarla?

—Claro que si, el problema es que no puedes entrar si no tienes algún familiar por visitar o que tú mismo seas el paciente.

—Puedo ayudarte con eso.

—¿Que?¿Quieres golpearme lo suficiente para que me lleven otra vez al hospital?— hable con un tono de broma.

—No digas estupideces— serio pero se veía que se esforzaba por no sonreír.

A los pocos segundos se escucho la voz de mi mamá.

—¡CHICOS LA CENA ESTA LISTA!— grito mi mamá desde el primer piso.

—¡Ya bajamos mamá!— conteste un poco alto pero lo suficiente para que me hubiera escuchado.

—Que te parece si vamos a comer y luego creamos un plan para tu problema amoroso, no puedo pensar con el estómago vacío.

—Bien, pero no lo llames problema amoroso, solo es interés y algo de gratitud.

—Como digas— dijo saliendo de mi habitación.

Estaba claro que no había conseguido convencerlo, pero no tenía más ganas de seguir discutir sobre el tema y solo baje a cenar.

...

Hígado.

Hoy paso de todo y para empeorar mi día, tenía como segundo plato una de mis comidas no tan favoritas.

No digo que mi madre cocina fatal, sino que la comida en si no me gusta su sabor ni aunque cocinara el mismísimo Bobby Flay cambiaría de opinión.

El olor, el color, ¡su sabor!

Deben admitir que se asemeja a algo que nosotros mismos expulsamos en el inodoro, por así decirlo de una forma sutil.

Hay múltiples comidas que no me encantan del todo, pero me guardo mis disgustos para no hacer sentir mal a mi madre por que se que lo hizo con mucho amor y esfuerzo.

Bueno creo que puedo controlar la situación, además no quiero fastidiar a mis padres con mis quejas, así que finjo diciendo que el maldito hígado es una exquisitez.

Para no dar más vueltas a la situación, solo dire que llegando al comedor me senté a lado de Mike y mis padres se sentaron al frente de nosotros.

—¿Cómo te sientes cariño?— habló mi madre con un toque de preocupación en su pregunta.

—Mejor mamá gracias, pero no son tan graves la heridas para que fuera necesario pedir a la universidad que me dieran una semana para recuperarme.

¡Así es! Ya sospechaba que mi mamá hizo todo eso después de que Mike me hubiera dicho que la universidad me había dado un largo período de ausencia para mi dichosa recuperación.

¡Ni que me hubieran disparado para que me impidiera ir a la universidad!

Pero bueno, ya sé cómo es mi mamá, muy exagerada, convincente, alterada y protectora.

Pensándolo bien, unos días libre no se sentiría nada mal, además tendría tiempo para poder buscar a aquella artista que me cautivó.

— lo sabemos hijo, pero tú madre y yo lo hablamos por un rato y estamos muy angustiados por tu bienestar en estos momentos, que nos sentiríamos más tranquilos si te quedarás unos días en casa a salvo, Mike decidió en ayudarte a traer con los deberes  y trabajos que te enviarán y después puedes retomar tus clases.

Sin oponerme, acepté si más y comí de forma rápida para ya ir a mi cuarto con Mike y empezar nuestro plan.

My SunflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora