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Lunes, 10 de Septiembre del 2006;
8:14 pm

Maisie Lee

Justo ahora mi cerebro y mi corazón están teniendo una guerra o un tipo de debate por las decisión que estaba tomando.
Mientras que uno me advierte de que puede ser un lugar muy peligroso al que me estoy dirigiendo, el otro es iluso y me incita a que me deje llevar.

Pero qué problemita traigo.

Al menos no estoy tapada los ojos esta vez, eso me alivia.

Todavía quedaban rastros de molestia en los pulmones al respirar, pero eran soportables.

No negaré que pasé el susto de mi vida, la adrenalina pasó por todas mis venas haciendo bombear a gran velocidad mi corazón. Pero creo que el daño no pasó a mayores.

Lo que fue un rato divertido se convirtió en una escena de acción y terror.

Al salir no pude evitar estar molesta con Cris.

Que apenas y se inmutó de lo ya pasado.

¿Quién es este chico?

Tal vez para él, exagere al estar molesta por esto, para alguna persona con buena salud estaría como él supongo, pero para mí era lastimar y dañar partes que con mucho esfuerzo los he cuidado por años.

¿Pero de qué me quejo?

Si yo acepté.

<<Eso me pasa por salir del hospital y haber aceptado a esta loca cita>> Pensaba a cada segundo que me alejaba de su presencia.

No sé con seguridad, que cambio, pero después de detenerme y escuchar todo lo que dijo, me hizo poner en duda todo lo que he estado haciendo toda mi vida.

Su forma de pensar es muy imperativa y la mía ni la tengo bien en claro.

Ahora estoy aquí, una chica siendo tratada por medicamentos llenos de químicos siendo guiada por un chico que se trata con adrenalina y experiencias, locas sin ninguna clase de límite en ellas.

Una total locura.

—¿Ya casi llegamos?— pregunté empezando a inquietarme.

Habíamos llegado a un lugar muy desolado, sin la presencia de ninguna sola alma.

—Si, falta poco.

—Vale, pero ¿podrías al menos darme una pista de donde vamos?

Lo pensó un rato y luego se dirigió hacia mí.

—Te daré tres palabras: arte libre y valioso.

Me solté de su mano de inmediato y él se detuvo para luego mirarme.

—Tranquila, no es nada ilegal.

—Pero dijiste valioso.

—No todo el arte valioso está encerrado en un marco y siendo exhibido en un museo.— Me tomo de nuevo de la mano. —Algunos, chica torpe, los encontraras en los lugares mas inesperados.

My SunflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora