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Miércoles 28 de Agosto del 2006;
7:55 am

Maisie Lee

Ayer fue un desastre, después de haber almorzado, quería visitar a Cris, pero cuando salí del ascensor, vi como Kim entraba en su cuarto y tuve que regresar rápido antes que me viera.

Después de eso tuve una interminable lista de intentos para llegar a su cuarto, pero ninguna funcionó.

Ya que, o había un montón de enfermeras en esa área o me encontraba con Honly por casualidad.
¡Ah!... y también una visita rápida de mis padres.

Pero hoy iba a ser diferente, hice un plan en la noche y creo que funcionará, fingiría que el tanque de gas de mi cánula se agotó, una excusa perfecta para salir y "ir a buscar uno nuevo".

Nada podía fallar.

Tome mis pastillas, me prepare un poco, para estar más presentable y estaba lista para ver a Cris, que ya por si, era hora de conocerlo.

Me saque mi cánula, la coloque  debajo de mi cama y salí con cuidado de mi habitación, pues aunque tenía una excusa no quería toparme con nadie ya que quería  evitar preguntas y tardanza.

—¡Rayos!— exclamé en mis adentros

Pues no me había fijado del frio que hacía en el pasillo después de ya haber estado a una gran distancia de mi habitación, por alguna razón pensé que aguantaría, pero bueno ya no hay marcha atrás.

Continúe caminando por el pasillo, que ya lo sentí interminable con cada paso que daba, a pesar que el ascensor estaba cerca.

Sentía una sensación de adrenalina pasar por todo mi cuerpo, que me estaba gustando, pues aunque no lo crean esto es lo más "ilegal" que he realizado en toda mi vida.
Si lo sé soy toda una rebelde.
Pero ya hablando enserio, no soy alguien que rompe las reglas y le encanta hacer travesuras, pues eso se lo dejo a Mía quien es una experta.

Cuando ya había llegado al ascensor, oprimí el botón que mostraba una flecha señalando abajo y ahora solo faltaba esperar. Por un momento me sentí como un ladrón cuando roba un banco y le hubiera salido todo bien, pero toda esa sensación se fue cuando vi al doctor Foster caminar hacia mi dirección mientras su vista estaba en unos papeles.

—¡Carajo!— masculle.

Mi suerte no podría ser peor, cuando ya pensé que no lo lograría, las puertas del ascensor de repente se abrieron al mismo instante en que sentía crecer un rayo de esperanza dentro de mí, entre casi de inmediato y empecé a oprimir el botón que tenía el número tres demasiadas veces, hasta el punto de dolerme el dedo, con la esperanza de que de esta forma se serraran más pronto las puertas del ascensor.

Mis nervios subieron cuando la mirada del doctor Foster se despegaba de los papeles para ver al frente.

Mis manos sudaban, respiraba muy rápido y mi corazón latía con mucha fuerza, que ya se me salía del pecho.

Es oficial, ya no me gusta la adrenalina, pero entonces se empezaron a cerrar las puertas justo antes de que el doctor Foster me viera. Pude sentir un gran alivio en mí.

Vaya aventura.

Juro que me dará un paro al corazón por tan agitado que estaba este, pero ya se estaba calmando al igual que mi respiración y mis nervios.

Decidí en que apenas se abrirían las puertas del ascensor, correría con todas mis fuerzas al cuarto de Cris sin detenerme, ya estaba harta de tantos retrasos.

No puedo creer lo tan difícil que es llegar al cuarto de alguien.

Esperaba a que llegara al piso tres mientras que unos de mis pies golpeaba es suelo ligeramente varias veces, no soy alguien con mucha paciencia cuando se trata de no ser descubierta.

My SunflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora