26

36 13 1
                                    

Lunes, 10 de Septiembre del 2006;
6: 49 pm

Maisie Lee

—Baja la cabeza un poco.

Obedecí a cada una de sus indicaciones, no sabía en dónde estábamos entrando, pero se sentían muy cálido el ambiente, incluso casi el mismo que siento en el hospital, así que agradecí que ya no tendría que hacer sufrir a mis pulmones con los fríos vientos de afuera.

Seguía siendo jalada cuidadosamente por las manos de Cris en mis brazos, hasta que en un punto dejó de hacerlo y me soltó.

—¿Cris?

No respondió.

De repente, unas brillantes luces traspasaron el pañuelo que tenía puesto.
Así que, algo preocupada, me dispuse a quitar el pañuelo de mis ojos.

—Sorpresa— esbozó una sonrisa.

Una manta roja, velas con forma de flores expandidas a su alrededor y una canasta a lado. Hacían un bonito escenario.

—¿Y bien? ¿Qué te parece?

Aún sorprendida, iba a responder algo cuando.

—¡Espera! Aquí viene la mejor parte.

Se acercó a unos interruptores que estaban en una pared y bajo unas pequeñas palancas.

De golpe, todas las luces se prendieron, delatando el lugar en donde estaba.

—Estamos en....— sorprendida intente terminar —En...— pero simplemente no me salían las palabras.  Era hermoso.

—Señorita Lee, bienvenida al Museo de Arte de Portland.

—No lo puedo creer.— sonreí, admirando cada una de las preciosas obras de arte que estaban a mi alrededor. Hasta que mis ojos se toparon con los de Cris.

—Fundada en el año 1892, este museo es unos de los más antiguos de Estados Unidos y uno de los más importantes. Albergan alrededor de 42.000 obras de arte.

Había oído de este museo, que por dos meses enteros suplicaba a mis padres que me llevarán, pero ellos se negaban a que abandonara el hospital.
Parecía que el tema ya les molestaba, así que deje de insistir.

Una de las grandes razones por la que quería ir, era por que destacaban piezas de artistas reconocidos cómo Van Gogh, Picasso y Cézanne.

Algo en mi hizo que corriera hacia él, le diera un beso en su mejilla y lo abrazara con todas mis fuerzas.

—¡Gracias! ¡Muchas gracias! No sabes lo feliz que me hace estar aquí.

Tomo un momento, pero luego me correspondió.

Luego reaccione a lo que hice y me aleje de él muy apenada.

El ojiverde sonrió y continuó con su explicación. —Algunas de las más conocidas son las exhibiciones sobre Arte Norteamericano y Arte Asiático. ¿Hay preguntas?

—¿Has estado memorizando toda esa información durante todo el día?

—Durante las anteriores dos horas, si.— lo mire sorprendida. —Puede que no me atraiga el arte, pero ser indiferente sobre cualquier tema, jamás chica torpe. ¿Otra pregunta?

My SunflowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora