Domingo 1 de Septiembre del 2006;
5:50 pmMaisie Lee
Ingenua.
Esa era la palabra que me definía a la perfección.
Ya casi tres días sin saber nada de él.
Supongo que solo dijo que iba a volver para no sentirse mal con sigo mismo.
—Es un idiota— refunfuñó Mía.
—¿El quién?
—¡Oh tú sabes a quien me refiero! Y déjame decirte que pobre de él que se perdió de alguien que es maravillosa, hermosa, tierna, especial, increíble, fabulasa...
—Ok.
—preciosa, sorprendente, reina, divina...
—Emmm ¿Mía?
— y empoderadisima chica que podría haber conocido.— Extendió sus brazos hasta los más alto que podía.
Al haber finalizado, reí ante sus exagerados halagos, ella si sabe las formas en como animarme.
—Pero ya enserio, no te pongas así por él, es un imbecil que ni siquiera merece ser recordado.
—La verdad, no lo culpo.
—¿Que?
—Creo que se dio cuenta que solo soy una enferma que morirá en poco tiempo y no vale la pena.
—No pienses eso de ti, claro que vales la pena. Con todo este infierno que estás viviendo sé que encontraremos tu par de pulmones y tu corazoncito— formó un corazón con sus dos manos. —Y si eso no pasa, yo misma te daría los míos.
Le di una sincera sonrisa en la que fue correspondida.
Si se preguntan en donde estábamos, pues habíamos ido a la cafetería, comimos unos sándwiches acompañados con malteadas de mora.
La verdad si estaban deliciosos, y ahora solo nos dedicábamos a caminar por los pasillos.
—¿Pero que carajos?— cuestionó Mía mirando al frente.
Copié su acción y mis ojos se agrandaron hasta no poder.
Había dos doctores caminando hacia nuestra dirección.
No se les podía apreciar muy bien la cara por que tenía una mascarilla puesta, me llamo la atención que el más alto sostenía en una de sus manos un ramo de tulipanes, pero lo más peculiar era que los dos tenían unas gafas de Sol oscuras.Estamos a inicios de septiembre y a empezado otoño.
¿Quién se pone gafas de sol?
Cuando se acercaron lo suficientemente, se detuvieron, afirmando que querían hablar con nosotras.
—Ho-hola— dijo el más alto dirigiéndose hacia mí.
—Emm hola— contesté algo confusa.
Hubo un pequeño silencio en la cual yo decidí intervenir. —Deben ser nuevos, ¿están perdidos?— pregunté mostrando sonrisa.—No, claro que no, estamos buscando a la señorita Maisie Lee, ¿la conocen? Tenemos una entrega y una información muy importante para ella— declaró el pelinegro.
¿Entrega? ¿Hablará de las flores? ¿Y qué información quieren decirme?
Me quede sorprendida pues no los conocía, aunque quería saber que era la dichosa información, pero Mía se me adelantó en responder.
—¿Y para qué o qué?
—Es información confidencial señorita— replicó el mismo doctor.
El doctor castaño permanecía en silencio, pero parecía algo nervioso.
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My Sunflower
RomanceMaisie Lee se consideraría una persona como las otras, de no ser que desde tan corta edad le diagnosticaron dos enfermedades, una del corazón y otra en los pulmones, que la obligan a quedarse de forma permanente en el hospital. Conociendo el exterio...