Capítulo 1.

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Era el primer día de clases de Daniela en el colegio de estudios medios superiores.
Se sentía preocupada y ansiosa, pero emocionada también pues comenzaba una nueva etapa en su vida.
Conoció a una chica:
- Hola. -dijo Verónica con una sonrisa amable, refiriéndose a Daniela.
- Hola. -respondió Daniela, amable, aunque nerviosa y correspondiendo la sonrisa.
- ¿Está un poco aburrida la clase, no? - dijo burlonamente mientras miraba al profesor de la primera clase...
- Sí. -respondió Daniela mientras reía bajo con temor a que alguien las escuchara decir eso.
- ¿Cómo te llamas? -preguntó Verónica casi susurrando.
- Daniela, ¿y tú?
- Yo, Verónica. Espero que podamos ser amigas, me agradas.
- Claro, sí, tú también me agradas.
Pasaron dos clases más y al finalizar la que sería la tercer hora de clases sonó el timbre para salir al receso. Daniela y Verónica tomaron sus mochilas.
- ¿Qué vas a comprar Daniela?
- No sé, quiero que sea algo especial, ya sabes... Por ser el primer día de clases.
- Que cursi, pero va, yo igual quiero hacer eso.
Verónica compró tacos de suadero y agua de frutas; Daniela frapé y pizza. Regresaron al salón de clases y cuando volvió a sonar el timbre para regresar a clases tomaron sus asientos, ésta vez Verónica atrás de Daniela.
Daniela guardaba los restos de pizza en su mochila estando parada mientras que todos y Verónica ya estaban sentados. De pronto se hizo silencio, uno muy incómodo. Daniela estaba dispuesta a terminar su frapé, el cual contenía hielo y quería evitar se hiciera agua, sorbía de su frapé mientras ignoraba todo, incluso que quizá el silencio incómodo se había echo porque ya estaba la profesora en el salón de clases. Dió la vuelta para sentarse mientras seguía sorbiendo su frapé.
La profesora miraba a Daniela, ésta dejo de sorber el frapé manteniendo el popote aún en su boca. Devolviendo la mirada a la profesora quien tenía una mirada penetrante pero muy cautivadora, nada amenazante. Daniela estaba cautivada por ella: labios rojos, ojos divinos, cintura pronunciada y cabellos medio rizados bien arreglados. Tomó asiento y la profesora por fin entró al salón completamente:
- Buenos días.
- Buenos días. -respondió a la par todo el salón.
¡Ay, no!, el oso de mi vida, pensará que soy una grosera, ¡trágame tierra! -pensó Daniela con el afán de hacerse sentir culpable.
- Oye, oye... La profesora no te ha quitado la mirada de encima. -le susurró Verónica disimuladamente mientras picaba el hombro de Daniela.
- Pensará que soy una grosera. -le respondió Daniela susurrando mientras volteaba disimuladamente para notar que tenía sobre ella la mirada de su profesora.
Mirando a Daniela la profesora dijo: - Me llamo Victoria Ruffo y les daré la clase Filosofía. -al finalizar la frase retiró la mirada de Daniela y se dio la vuelta para escribir lo que dijo en el pizarrón.
Daniela por un momento se relajó un poco del nerviosismo que le causaba mirar a Victoria. Le daban una especie de cosquillitas en el estómago con tan solo verla.
Victoria dió clase y elaboró una actividad. Al terminarla ella pasaba a la banca del alumno que iba terminando.
Daniela levantó la mano al terminar su actividad para que Victoria le calificara. Victoria se acercó a Daniela:
- ¿Ya acabaste? -preguntó Victoria a Daniela examinando su cuaderno.
- S... Sí. -respondió Daniela, muy nerviosa mirando a Victoria.
- Buen trabajo. -dijo seria, apenas esbozando una ligera sonrisa.
Esa acción puso a Daniela muy nerviosa, quien quizá se sonrojó un poco y despegó la mirada de Victoria para que no lo notara.
- Gracias. -respondió Daniela a lo que imaginaba era un halago a su actividad de parte de Victoria.
Obtuvo una buena nota, además de que se tranquilizó pues sintió que a Victoria no le molestó lo que había sucedido iniciando la clase.

Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora