Daniela y Victoria caminaron hacia el local. Estaban por entrar cuando Daniela y Victoria se detuvieron a disfrutar del olor que salía a través de la puerta:
- Mmm... Se me hizo agua la boca, huele riquísimo. -dijo Daniela, y Victoria respondió con un gesto de complicidad.
Victoria abrió la puerta para que entrara Daniela primero. Daniela busco una mesa libre y Victoria la siguió. Finalmente cuando se sentaron, a ellas se acercó una mesera, la cual saludó, ofreció la carta de menú y dijo sonriendo a Victoria:
- Regreso en unos minutos a recoger pedido.
Estaban sentadas en una mesa redonda y la banca era de media luna, cada una estaba sentada al extremo de la banca, quedaban ambas de frente.
Victoria tomó el menú y comenzó a explicarle a Daniela lo que podía pedir:
- ¿Cuál es tu comida favorita, Dani?
- Uy, son muchas, pero principalmente la pasta -finalizó Daniela con una risa nerviosa.
Victoria rió ante lo que dijo Daniela y respondió:
- Bueno, con cualquier platillo que pidas te vas a chupar los dedos, lo juro... Sí hay pasta, pídela sí quieres. -dijo Victoria entregando el menú a Daniela.
Regresó la mesera a tomar nota del pedido y minutos después le entregó a cada una lo que pidió.
Ambas al mirar lo que cada una había pedido se quedaron viendo un momento los platos contrarios llenos de comida apetitosa:
- ¿Compartimos? -preguntó Victoria un poco nerviosa.
- ¡Sí! -respondió emocionada Daniela colocando su plato al centro. Victoria hizo lo mismo y se sentó al centro de la banca de media luna. Daniela siguió en su lugar pues sentía que ya estaba demasiado cerca de la profesora Victoria. Cada una iba tomando un poco de cada guiso que había en ambos platos.
Al llegar la cuenta Daniela quería colaborar con el pago pero Victoria se negó y se lo hizo saber con un gesto en el rostro, entonces Daniela se apresuró a darle propina a la mesera. Ambas se dirigieron hacia la salida.
- Gracias. -dijo Daniela a la profesora Victoria.
- Gracias a tí, nunca antes había disfrutado de una comida en compañía tanto como hoy. -dijo Victoria mientras quitaba el seguro del automóvil y abría la puerta del copiloto a Daniela. Cuando las dos estaban por fin dentro del automóvil Daniela desabrochó el botón de su falda y dijo:
- Ah... por fin puedo respirar... -y luego rió a carcajadas.
Victoria también rió a carcajadas por lo que dijo Daniela:
- Ay, Dani, me caes bien, eres tan espontánea. -dijo Victoria aún riendo y tocando el hombro de Daniela como gesto para acompañar el sentimiento que le expresó.
Daniela solo le sonrió a Victoria y después inclinó su cabeza sobre la mano de Victoria que estaba en su hombro.
Victoria colocó su manos frente al volante y al salir del estacionamiento le dijo a Daniela:
- Te llevo a tu casa, dime por dónde. -dijo Victoria a Daniela muy concentrada en dirigirse al camino correcto.
Daniela iba guiando a la profesora Victoria, en el transcurso del camino , Victoria puso música y ambas cantaban.El ambiente eran tan agradable que no hacía falta presionar lo que ambas querían decir o hacer pues todo fluía bien entre ellas.
Al llegar a la casa de Daniela y mientras la profesora Victoria se estacionaba:
- Mira la hora Dani, seguro que tus papás se van a enojar porque te traje tarde, si quieres puedo explicarles que estuviste conmigo.
- No hará falta, no se preocupe.
- ¿No les avisaste que saldrías temprano?
- Eh, no. Mis papás no están en casa. Llegarán este fin de semana, están de viaje por trabajo.
- Ah, discúlpame. Tal vez fui un poco imprudente.
- No pasa nada, tranquila profesora, no se preocupe.
- Gracias Dani, me gustó pasar tiempo contigo, tu compañía es agradable.
- Gracias a usted, primero por pagar la cuenta, me pase de glotona... Y segundo, gracias también por el día, me la pasé increíble.
Victoria rió por lo que dijo Daniela y luego le sonrió amablemente.
- Espérame, te abro la puerta.
Victoria salió del automóvil y se dirigió al lado del copiloto para abrirle la puerta a Daniela.
- Gracias. -dijo Daniela a Victoria mientras bajaba del auto.
Luego Victoria abrió la puerta de atrás para que Daniela tomara su cosas, Victoria apretó las piernas e hizo un bailecito y le dijo a Daniela:
- ¿me dejarías pasar a tu baño?
- Claro.
Daniela se dirigió a la puerta de su casa, abrió y luego la siguió Victoria, estando ambas dentro de la casa Daniela le dijo donde estaba el baño y Victoria entró. Cuando Victoria salió del baño Daniela la esperaba en la sala con una jarra de agua fresca y dos vasos.
- Daniela, me tendrás que regalar una bolsita para la pipí en el camino porque no tendré baño al cual ir.
Luego rieron ambas tras lo que dijo Victoria.
¿Está muy lejos su casa?
- No, está a 20 minutos de aquí.
Ambas se rieron nuevamente y luego Victoria aceptó el vaso de agua que Daniela le ofreció.
- Nos vemos el lunes Dani, gracias por el agua y por dejarme pasar a tu baño. -dijo Victoria mientras tomaba las llaves de su automóvil y se dirigía a la salida.
- Gracias a usted. Hasta luego, cuídese. -dijo Daniela mientras abría la puerta.