Victoria daba mil vueltas en la cama, miraba constantemente la hora, su sueño era ligero y dormía en intervalos a medida que el dolor de cabeza que tenía se lo permitiera. Al amanecer y sonar su alarma se levantó de la cama inmediatamente y comenzó a organizarla, en el tocador buscó el cajón donde guardaba medicamentos y tomó los que debía para calmar el dolor intenso de cabeza que aún tenía, luego se dió un baño con agua tibia, al salir de la ducha mientras secaba su cabello buscó en el clóset un pantalón de mezclilla azul marino, un top blanco de tirantes, una camisa de manga larga a rayas blancas con azules cielo y unos tenis blancos. Como su cabello aún seguía húmedo terminó de secarlo con la secadora de cabello, no se hizo rizos como siempre sino que lo semi recogió con una pinza. El dolor de cabeza ya era muy ligero, mientras escogía las joyas que usaría con el buscador a voz de Google buscó los ingredientes de los muffins de fresa, crema de zanahoria y pechuga rellena, anotó todos en una lista digital además de lo que debía comprar de despensa para su casa.
Metió su celular en una de las bolsas de su pantalón, entre sus manos tomó las llaves de su automóvil y tomó también su cartera. Al salir de casa y estando dentro de su automóvil se dirigió hacia el centro comercial, cuando finalmente terminó de hacer todas sus compras y tenía todo lo que compró dentro de la cajuela y parte de los asientos traseros, condujo hacia la gasolinera antes de regresar a su casa.
Al llegar a su casa organizó todo en sus respectivos lugares. Colocó una película de terror en su celular para poder mirarla estando en la cocina mientras preparaba un pan tostado con huevo estrellado y aguacate para comer. Cuando terminó llevó todo hacia su recámara, y se sentó sobre la cama en posición de chinito mientras terminaba de comer y de ver la película.
Al bajar de su recámara para llevar los trastes a la cocina se decidió a organizar la sala, movió los dos sillones pegándolos hacia las esquinas del espacio de la sala, dejando libre la mayor parte del centro, acomodó la alfombra al centro y justo sobre ella la mesa de la sala, quitó lo que había sobre la mesita y la limpió dejando el cristal más brilloso que cuando la compró, también limpió y acomodó con esmero las decoraciones de la sala y parte de la cocina, lavó el baño y limpio a profundidad la cocina dejando preparados todos los trastes que usaría para guisar el día de mañana.
Antes de irse a dormir volvió a revisar que todo estuviera en orden, los nervios invadieron completamente su ser y tratando de despejar su mente subió a su recámara para intentar conciliar el sueño.