Daniela invadida de la emoción y con las manos sudorosas tomó el celular mientras éste apenas sonó por una llamada entrante, registró el número como: (Profra Vicky).
Victoria invadida de la emoción, con las manos sudorosas y con el celular en las mismas, dejando que entrara la llamada al celular de Daniela, registró el número como: (Alumna Dani).
Ambas trataron de disimular que estaban emocionadas por aquel pretexto para tenerse en contactos mutuamente.
La mesera llegó con la comida de cada una, empezaron a comer y en intervalos platicaban.
Lo que estaban sintiendo, quizá precozmente la una por la otra era arriesgado por la forma en la que la sociedad mira al amor, al amor entre dos mujeres, al amor entre diferencia de edades, principalmente cuando la persona mayor es mujer.
Un lazo de cariño puro, comenzaba a crearse entre ambas.
- ¿Cuántos años tienes, Dani?
Daniela se quedó unos minutos callada, no podía mentirle a Victoria y con sentimiento de pena mezclado con tristeza respondió casi susurrando:
- 17, tengo 17 años.
-“Siempre he de andar preguntando cosas que la incomodan... Victoria, ¿pero qué incómodo resulta para ella el tema de la edad siendo tan joven?”. -pensó Victoria con el afán de castigarse.
- ¡Ay, no me invitaste a tus XV!, me perdí de los mixiotes. -respondió Victoria esperando sacarle una sonrisa a Daniela.
Logrando su cometido, Daniela rió a carcajadas para luego responder:
- Mis padres trabajan demasiado y no tuvieron tiempo para organizarme algo, pero me dieron como regalo la casa donde ahora vivo, es algo pequeño pero fijo, estoy cansada de siempre viajar y estar mudándome constantemente.
Victoria formuló en su mente una respuesta a la incomodidad de Daniela, sin embargo no quería entrar demasiado en temas delicados, no quería hacer sentir mal a Dani o ser impertinente respecto a su sentir. Ignoró totalmente que Daniela debía estar ya en el penúltimo semestre de la carrera preparatoria y le preguntó algo respecto a lo que estaba pensando sobre su incomodidad.
- ¿Vives sola, cierto?, yo también desde muy joven vivo sola y da una tranquilidad hermosa. Puedes hacer lo que te plazca porque ya es tuyo, absolutamente tuyo, inclusive el tiempo es tuyo.
- Sí, me encanta vivir sola. Desde hace un par de años que vivo sola.
-“¡Claro, Victoria!, perdió dos años de escolaridad por los viajes de sus papás... Pero no me cuadra que desde esos dos años ella ya viva sola.” -pensó Victoria.
Victoria le sonrió a Daniela antes de querer responder, pero se vió interrumpida:
- Me encantaría mostrarle mi casa, ¿puede?, ¿hoy?
- Voy con gusto Dani, pero, ¿podemos posponerlo para el viernes? debo terminar unas planeaciones.
- Sí. Yo espero. -respondió Daniela añadiendo una sonrisa de empatía.
Victoria olvidó sus suposiciones y no quiso interrogar más.
Los platos de Daniela y Victoria estaban ya vacíos, la mesera se acercó a ellas para recogerlos y Victoria pidió la cuenta. Al pagar, ambas tomaron sus carteras y se retiraron de la fonda. Cuando se acercaban al automóvil de Victoria, le quitó el seguro, le abrió la puerta del copiloto a Daniela y luego la cerró ya está ella adentro, luego se dirigió hacia el lugar del piloto y subió al automóvil, ya estando ambas dentro del auto:
- ¿Está bien si enciendo la radio?
- Sí, adelante. -respondió Daniela con una sonrisa.
Dentro del automóvil sonaba: Procura - Chichi Peralta.
Ambas cantaron:
Quizás convenga que te alejes quizás,
me domina la tentación,
de imaginar que estoy tan cerca de tí,
tan cerca sin poder desistir. Procura coquetearme más...
Terminaron de cantar la canción y ambas rieron con complicidad.
Victoria, sin que Daniela lo pidiera tomó el camino para llevarla a su casa, cuando le ayudo con sus compras supo a la perfección ahora donde era la ubicación. Se estacionó frente a la casa y Daniela inesperadamente dijo:
- ¿Ya vió mis rosas? las cultivé desde que vine aquí, aunque mis flores favoritas, mucho más que las rosas son los tulipanes.
Victoria se estiró hacia donde miraba Daniela y respondió:
- Son lindas, me encantan las rosas rojas. Qué lindo que sepas de jardinería, a mí se me mueren hasta las flores artificiales.
Ambas rieron por lo que dijo Victoria.
- Tengo un huerto, siempre quise tener un huerto, pero viajar nunca me lo permitió antes. Está en el patio trasero, el fin de semana que venga le presentaré mi pequeño huerto.
- Muero por conocerlo. Propongo que después conozcas mi casa.
- Su compañía es demasiado agradable. Apenas la conozco y ya le tengo confianza.
- Es mutuo lo que dices. Siento una paz increíble cuando estoy contigo. Espero que no tomes a mal estos momentos, no tengo malas intenciones contigo.
- Para nada, no tiene porqué preocuparse. -dijo Daniela poniendo su mano izquierda sobre la mano derecha de Victoria.
Tras la acción de Daniela, por unos segundos ambas se miraron mientras sonreían.
✨🌱Disculpen que tardé en subir el capítulo, me he estado sintiendo un poquito mal. Espero les guste.🌱✨
