Capítulo 23.

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Al llegar, Daniela se adelantó para abrir la puerta, Victoria bajó del automóvil y se dirigió hacia la entrada donde la esperaba Daniela, entró y tras ella también Daniela, encendió las luces y ambas se dirigieron hacia la sala, se sentaron juntas, Daniela recargó su cabeza sobre el hombro de Victoria, ella con la mano contraria acarició tiernamente el rostro de Daniela, ella sonrió:
- ¿Te parece si ya nos vamos a dormir?
- Claro, pero antes puede responderme algo?
- Sí, Dani, dime.
- ¿Qué somos?
- Dos mujeres.
- Lo sé -respondió Daniela riendo, y luego añadió: - ¿Pero cuál es nuestra relación sentimental?
- Te parece si nos conocemos ésta semana más, ¿como amigas? así tendrás tiempo de pensar bien si realmente quieres estar con alguien como yo.
- Ahora mismo estoy segura de querer estarlo. Está bien.
Victoria abrazó a Daniela y le dió un beso tierno y delicado en la frente.
- Puede cambiarse en mi recámara, yo me cambiaré aquí.
- Está bien, gracias Daniela.
Ambas estaban ya en pijama, Daniela espero a Victoria en la sala y al abrirse la puerta de la recámara salió, antes de decirle a Daniela que dormiría en la sala ella se adelantó a preguntar:
- ¿Podemos dormir juntas?
“¿Pero por qué pregunta?, es obvio que lo deseo.” - pensó Victoria.
- Claro, por mí está bien.
Ambas se dirigieron hacia la recámara, Victoria tomó un lugar, Daniela apagó las luces y se acostó a un lado de Victoria, en la obscuridad, Victoria se acercó más a Daniela, pasó uno de sus brazos bajo la cabeza de ella, Daniela colocó uno de sus brazos sobre el abdomen de Victoria, ambas, casi abrazadas en una posición cómoda se quedaron profundamente dormidas. Al día siguiente Victoria fue la primera en despertar, observó detenidamente a Daniela quien aún estaba dormida, acarició su rostro muy despacio para que no despertara, Victoria sentía una conexión maravillosa con Daniela, algo que nunca antes había experimentado, era una especie de admiración con cariño, tal vez eso que sentía era amor, no sabía, antes no había amado.
Daniela despertó y pudo mirar a Victoria observándola. Victoria apartó la mirada al instante en que Daniela la miró, no podía ocultar ya nada, volvió a mirarla:
- Buenos días, señorita.
- Buenos días. -respondió Daniela muy risueña.
- Aunque la respuesta el obvia, ¿cómo amaneciste? -preguntó Victoria muy coqueta.
- Bien. -respondió Daniela abrazandose más al cuerpo de Victoria.
- ¿Te puedo preparar algo de desayunar? Yo sé que me queda fatal, pero lo hago con todo mi cariño.
- ¿Fatal? Fatal que me pregunte. A mí me encantó el desayuno de ayer.
- Entonces iré a prepararte algo. Déjame traértelo aquí, ¿sí?
- Está bien, sirve que me doy un baño.
- ¿Yo también me podría bañar después de tí? - preguntó Victoria un poco apenada por pedirlo.
- Claro que sí, está en su casa.
- Gracias Dani. Iré a lavarme los dientes y luego prepararé tu desayuno.
Ambas se levantaron de la cama y se lavaron los dientes.
Daniela esperó en la recámara a Victoria mientras salía de darse un baño, estando en bata salió y se dirigió hacia la cocina para preparar el desayuno. Daniela se dió un baño y al salir Victoria tocó la puerta:
- Ya está listo, corazón, ¿lo traigo?
- Sí, adelante. Ya terminé. -respondió Daniela mientras subía sus calzones y abrochaba su bata.
Victoria al escuchar la respuesta de Daniela, regresó a la cocina para entrar con el desayuno.
Victoria al escuchar la respuesta de Daniela, regresó a la cocina, tomó el desayuno de Daniela y se dirigió hacia la recámara nuevamente, la puerta estaba abierta y Daniela estaba frente al tocador secando su cabello:
- Ya llegué. -dijo Victoria colocando las cosas sobre la cómoda.
Daniela volteó a ver a Victoria, le sonrió tiernamente y miró cómo Victoria volvía a salir de la recámara. Victoria fué por su desayuno y regresó a la recámara, Daniela dejó de secar su cabello, se acomodó en la cama para poder desayunar y luego Victoria también se acomodó, se quedó sentada frente a Daniela, tomó un poco de la comida del plato y le dió de comer en la boca a Daniela, ella se sonrojo un poco mientras que Victoria se sentía contenta de poder hacerlo, Daniela también le dió de comer en la boca a Victoria. Cuando terminaron de desayunar, Victoria se acercó más a Daniela, sus rostros estaban tan cerca que en el deseo de probar sus labios, se dieron un beso corto, delicado pero a su vez apasionado.
Ambas bajaron de la cama, Daniela tomó los trastes sucios y los llevó a la cocina; Victoria sacó de su maleta la ropa para Vestirse, Daniela regresó a la recámara después de terminar de lavar los trastes:
- ¿Ya terminaste, Vicky? -preguntó Daniela mientras tocaba la puerta.
- ¡Oh, por Dios!, ¡Me tuteaste! -grito con emoción Victoria desde dentro de la recámara, mientras corría aún poniéndose la blusa mientras abría la puerta para dejar entrar a Daniela.
Daniela sonrojada y sin saber qué hacer solo se acercó a Victoria, quien le dió un beso de piquito.
- Estás divina. -dijo Daniela para halagar a Victoria.
- Gracias Dani. -respondió Victoria mientras guardaba su ropa sucia dentro de la maleta.
Daniela se dirigió hacia el clóset, buscó algo que ponerse y comenzó a vestirse:
- ¿Y si vamos a algún lugar? -preguntó Victoria con timidez.
- ¿A dónde te gustaría ir?
- No sé, ¿se te haría aburrido ir a algún museo?
- ¿Aburrido?, es una idea maravillosa para una cita.
- Entonces iremos a uno, ¿lo escoges? por favor.
- La casa azul, admiro a Frida Kahlo.
- Muy bien, entonces ese.
- El próximo te tocará a tí escogerlo.
- Estoy de acuerdo, ¿nos vamos?
- Sí, solo tomare un bolso.
- Te espero afuera, va, iré a arreglar el auto.
- Va.

Victoria estaba acomodando algunas cosas, del lado del copiloto, concentrada y con la puerta abierta sintió de pronto una mano posarse en su cintura.
- Ya estoy lista. -dijo Daniela.
Victoria volteó a mirarla:
- Sube, Dani.
Daniela subió y Victoria cerró la puerta, luego se dirigió hacia su lugar y subió al automóvil:
- ¿Antes me acompañas a la gasolinería?
- Claro que sí.

Al llegar al museo, Victoria bajó del automóvil, luego le abrió la puerta del auto a Daniela y ambas se dirigieron hacia la entrada, Victoria compró los boletos e ingresaron, estaban siendo guiadas e informadas en el transcurso del recorrido por el museo, Daniela estaba maravillada, aunque ya antes lo había visitado era un sitio que le gustaba demasiado. Victoria se sentía satisfecha de ver a Daniela tan entusiasmada.
Al final del recorrido Daniela le propuso a Victoria ir a comer a la fonda que conocían. Al llegar al lugar tomaron la mesa de siempre, escogieron lo que iba a comer cada una y al terminar y salir del lugar ambas regresaron a Casa de Daniela:
- Fué una tarde Maravillosa, Victoria, gracias. -dijo Daniela mientras botaba su bolso sobre la mesa de la sala y se recostaba en uno de los sillones, demostrando que estaba exhausta.
- Gracias a tí, Dani, tú conviertes mis días y noches enteros en una maravilla.
Daniela se levantó se dirigió hacia donde estaba Victoria, la abrazó fuertemente.
Se sentaron y Daniela de la nada recordó que tenía tarea que hacer, tomó su mochila que estaba en la sala y sacó los cuadernos que ocuparía:
- Puedes ver la televisión, si quieres, en lo que terminó mi tarea. -dijo Daniela un poco apenada.
- Gracias, Dani, ¿puedo ayudarte?
- Bueno, está bien, pero no mucho.
Victoria ayudó un poco a Daniela, terminó su tarea y se dieron cuenta de que ya había anochecido:
- Dani. -dijo Victoria acariciando el cabello de Daniela. - Ya me debo ir, nos vemos mañana. -añadió.
- Quisiera que no te fueras, pero está bien, al menos mañana te podré ver.
Victoria se levantó, le ayudó a Daniela a ordenar un poco sus libros sobre la mesa y se dirigió hacia la recámara para tomar su maleta.

Victoria y Daniela estaban ya fuera de la casa, Victoria subió al automóvil y Daniela se dirigió hacia el asiento del copiloto, abrió la puerta y se despidió de Victoria:
- Nos vemos mañana. -dijo, inclinándose hacia Victoria para darle un beso delicado de piquito sobre los labios.
- Nos vemos, señorita. -dijo Victoria acariciando delicadamente la mejilla de Daniela.
Daniela salió del automóvil, cerró la puerta y regresó a su casa.

Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora