Capítulo 39.

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Victoria se reunió con sus hermanas a la hora y en el lugar acordados, ya estando juntas y camino a donde sería su destino en medio del silencio Victoria se atrevió a confesarle a sus hermanas sobre Daniela, aunque no tenía ningún tipo de miedo por sentirse juzgada o rechazada sí estaba un poco nerviosa.
- Estoy perdidamente enamorada. -dijo Victoria con emoción.
- Lo sabíamos. -respondieron Marcela y Gabriela.
Victoria se quedó perpleja unos minutos, mientras Gabriela frenaba el automóvil a Victoria le salieron las palabras para formular una pregunta:
- ¿Cómo lo saben?
- Tus ojos. -respondió Marcela.
- Hace años que no veíamos en ellos ese brillo. -añadió Gabriela a la respuesta de Marcela.
Victoria rompió su nerviosismo aunque se sintió ligeramente descubierta.
- Creí que lo ocultaba demasiado bien. -respondió Victoria riendo.
- A tu pareja sí, pero que estás enmorada no. -dijo Gabriela.
- Pues hace unas horas se delató, tan enamorada está que perdió la habilidad de mentir. -dijo Marcela mirando sus uñas detenidamente con una sonrisa triunfante y amplia en el rostro.
Victoria se sonrojó y quiso ocultarlo bajando la mirada observando sus pies.
- Cuenta, cuenta, Marcela.
Gabriela volvió a conducir y las tres comenzaron a platicar, Victoria no omitió ningún detalle sobre sus sentimientos hacia Daniela.

Las hermanas Ruffo llegaron al hotel Acapulco donde se hospedarían para disfrutar de sus vacaciones.
Al inicio las tres habían acordado rentar una recámara grande para las tres, pero su adultez y autonomía les exigía privacidad así que se decidieron por rentar recámaras separadas.
Victoria al entrar a su recámara se familiarizó de inmediato ya que casi siempre vacacionaban en ese sitio, comenzó a organizar sus cosas para mayor comodidad durante los dos días que estarían ahí, entre las maletas estaba la bolsa de los trajes de baño que Daniela seleccionó para ella, mismos que usaría a la mañana siguiente, era una bolsa de papel con el logo de la marca, dió un suspiro al tomarla, la mantuvo doblada tal cual se la entregó Daniela y la colocó junto a la demás ropa, cuando terminó de organizar tomó un vestido largo color rosa de tirantes y unas zapatillas blancas para cambiarse pues tenía una cita con sus hermanas para cenar. Cuando estaba lista peinó su cabello y se hizo un semi recogido con unas pinzas, los cabellos que dejó sueltos los enchinó un poco, pintó sus labios con un tono nude, se colocó un poco de perfume y salió de su recámara para ir al área de bar que tenía el hotel, ya estando en el lugar mientras esperaba a sus hermanas tomó asiento y pidió un vaso de agua, relajada y concentrada en su celular, una persona picó su hombro delicadamente:
- Hola, ¿Victoria?
Victoria volteó rápidamente conservando su calma:
- Hola. -respondió Victoria con emoción, levantándose de su asiento para abrazar a la persona que tenía enfrente.
- ¿Estás sola?
- No, bueno, lo estaba hace un rato, estoy esperando a mis hermanas. -respondió Victoria amablemente.
- ¿Puedo acompañarte mientras llegan? -preguntó con timidez luego de haber soltado una risita como respuesta a lo que dijo Victoria.
- Por supuesto. -respondió Victoria y luego pidió una bebida para quien ahora era su acompañante.
- ¿Y a qué te dedicas?
- Soy profesora en uno de los Colegios de la Ciudad de México con mayor demanda educativa. -respondió Victoria orgullosa. - ¿Y tú a qué te dedicas? -añadió.
- Yo soy cirujano dentista y estoy próxima a inaugurar mi consultorio, si me permites estás invitada, serías invitada de lujo por supuesto... -respondió.
- Ay, muchas gracias Vanessa. Con gusto asistiré. -respondió Victoria amablemente echando un ligero vistazo hacia la entrada esperando aún a sus hermanas.
- ¿Me pasas tu número telefónico? para enviarte la ubicación. -dijo Vanessa con una sonrisa amplia en el rostro.
Ambas se añadieron en sus contactos, y mientras tanto las hermanas de Victoria aparecieron.
- Me dió mucho gusto reencontrarnos, nos vemos luego. -dijo Vanessa con una sonrisa coqueta al acercarse al rostro de Victoria para darle un beso en la mejilla antes de despedirse.
Victoria sonrió con ligera incomodidad y correspondió el beso en la mejilla de Vanessa.
Vanessa se alejaba del lugar y sus hermanas tomaron asiento a un lado de Victoria.
- Estoy segura que tu chica estaría muy enojada. -dijo Marcela intentando burlarse de Victoria.
- Yo creo que ya tendrías asegurado dormir en la sala. -dijo Gabriela haciéndole segundas al comentario de Marcela.
- Nunca he tenido la oportunidad de verla celosa pero estoy segura que actuaría de manera sensata.
Las tres cenaron y bebieron unas cuantas copas de licor, al terminar se dirigieron cada una a su recámara pues al día siguiente disfrutarían la playa al máximo.

Al amanecer Victoria despertó temprano, la luz del sol pegaba de frente a su recámara y las cortinas claras dejaban pasar la luz, se dió un baño rápido, estaba únicamente en bata y mientras secaba su cabello tomó el teléfono de la recámara y pidió que le llevaran el desayuno.
Cuando llegó la comida comenzó a desayunar y espués de un rato un par de golpes a su puerta la obligaron a dejar su desayuno unos minutos para abrir:
- Buenos días. -dijeron Gabriela y Marcela mientras entraban.
- Buenos días. -respondió Victoria sonriendo.
- Qué bueno que pediste comida, ya tenía una hambre bárbara. -dijo Gabriela mientras tomaba entre sus manos un bocado de lo que desayunaba Victoria.
- Yo también quiero. -dijo Marcela masajeando su estómago.
- Pediré más. -dijo Victoria riendo y tomando el teléfono nuevamente.
Cuando las tres terminaron de comer Victoria se dió su tiempo para ponerse el traje de baño, tomó la bolsa donde los tenía y mientras se dirigía hacia el baño leía la nota que dejó Daniela escrita, al entrar por completo al baño se sonrió tiernamente a sí misma frente al espejo, sacó de la bolsa las prendas y aunque le parecían bastante descubiertos se atrevió, tomó el traje verde y al verse frente al espejo ni siquiera pensó en usar la tercera prenda, recogió su cabello con un chongo un poco despeinado para dar volumen, se colocó por todo el cuerpo bloqueador solar y se puso unas sandalias, antes de salir del baño volvió a admirarse frente al espejo y se sonrió coquetamente frente al mismo.
- ¿Esa jovial mujer de dónde salió? -preguntó Gabriela jugando.
- Tampoco estoy tan vieja, eh... -respondió Victoria riendo.
- Ya vámonos. -dijo Marcela mientras se levantaba de la cama.
Las tres salieron de la habitación y se dirigieron hacia la playa.

Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora