Daniela le quitó la blusa y el bralett, y con desespero succionaba y acariciaba los senos de Victoria, ella al sentir los labios y manos de Daniela no pudo evitar soltar sonidos delicados de pasión.
Ésta situación para Victoria comenzó a resultar frustrante, estaba totalmente alejada de la posición que siempre quería tomar ante Daniela, aunque después de todo comenzó a relajarse, así como apenas comenzó a experimentar amor hacia una mujer también apenas estaban descubriendo ambas en sus momentos de intimidad cuál era la activa, cuál la pasiva o si había versatilidad.
Victoria intentó sujetar con fuerza la cintura de Daniela, pero ella alejó nuevamente sus manos.
Poco a poco Daniela acariciaba sobre el pantalón la vulva de Victoria, a comparación de los besos apasionados, con desespero y un poco de salvajismo en esa zona acariciaba con mucha delicadeza. Victoria se acomodó y cerró las piernas para permitir que Daniela pudiera desabrocharlo y quitarlo con facilidad. Daniela dejó de besar a Victoria, se acomodó entre sus piernas y comenzó a besar primero delicadamente y luego apasionadamente las piernas hasta llegar a su vulva, provocando en Victoria sonidos y movimientos de placer. Con su lengua hizo movimientos circulares, verticales y horizontales sobre el clítoris de Victoria, ella estaba en la cima máxima de placer, movía un poco la cadera guiando a Daniela para que continuara con los movimientos que a Victoria le agradaban. Cuando alcanzó el orgasmo, Daniela sin dejarla descansar un poco le pidió a Victoria que se bajara del escritorio, la sujetó de la cintura y mientras la seguía besando apasionadamente la llevó hasta donde Victoria le había mostrado que era su recámara, sin delicadeza la empujó hacia la cama haciéndola caer, se colocó sobre ella y luego de varios besos apasionados comenzó a besar, acariciar con las yemas de sus dedos y chupar los pezones de Victoria, aún siendo casi delicada, cuando Victoria estuvo a punto de llegar a un segundo orgasmo sonó el timbre, Daniela dejó de hacer lo que hacía y con una mueca de disgusto miró a Victoria, quien tenía los ojos cerrados perdida en el placer, así que Daniela regresó a hacer lo que estaba haciendo, cuando por fin lo logró volvió a sonar el timbre, Daniela se apartó rápidamente y bajó corriendo las escaleras para abrir la puerta, era un repartidor quien traía pizza para cenar:
- Buenas noches señorita, hicieron un pedido de un combo completo de pizza familiar.
- Buenas noches. -dijo Daniela intentando ocultar lo exaltada que estaba todavía. - Así es, lo recibo. -añadió, mientras tomaba las cosas.
Dejó las cosas sobre la mesa de la sala y tomó su cartera para darle propina al chico, luego cerró la puerta y Victoria bajó las escaleras, únicamente en ropa interior, con los senos al aire mientras se ponía una bata abierta que cerraría con un moño al costado.
Victoria se acercó a Daniela y con delicadeza acercó su nariz a la de ella acariciándola tiernamente, luego le dió un beso corto, delicado y apasionado.
Ambas sonrieron tiernamente:
- Vamos a cenar. -dijo Victoria sujetando a Daniela de la cintura para guiarla al sillón donde ambas se sentarían.
Cuando terminaron de cenar ambas se dirigieron a la recámara de Victoria, se pusieron pijama y se acostaron a dormir.
Al día siguiente Victoria despertó antes que Daniela, se levantó despacio de la cama para no despertarla, se dirigió al baño para lavarse los dientes y luego bajó a la cocina para preparar el desayuno.
Daniela estaba despertando y cuando quiso abrazar a Victoria lo único que palpó su mano fué la fría sabana donde Victoria ya no estaba, despertó con calma, se dirigió hacia el baño, se lavó los dientes y bajó para dirigirse hacia la cocina muy despacito, a mitad del camino de las escaleras iba subiendo Victoria:
- ¡Ay! -gritó Victoria asustada.
- ¿Me veo tan mal? -preguntó Daniela mientras reía y peinaba su cabello.
- Quería que fuera una sorpresa.
- Y lo fué, pero solo para tí. -respondió Daniela riendo aún.
- Lo que tienes de preciosa lo tienes de chistosita. -respondió Victoria levantando una ceja y sonriendo coquetamente.
Daniela le ayudó a Victoria con todo lo que llevaba en las manos mientras regresaba a la habitación riendo, cuando dejaron las cosas en la comoda, Victoria sujetó a Daniela por la cintura con firmeza y le dió un beso corto y delicado, Daniela aparentemente se dejó manejar al antojo de Victoria, mientras con sutileza devolvió los mismos movimientos y la misma fuerza e intensidad para poner a Victoria entre la pared y su cuerpo:
- Se va a enfriar nuestro desayuno. -dijo Victoria sonriendo coquetamente.
Daniela estaba alerta a cualquier movimiento de Victoria, se mantendría firme en su posición hasta que por fin la soltó y ambas se dirigieron hacia la cama para desayunar con comodidad. Cuando terminaron, ambas recogieron los trastes y lo llevaron a la cocina, mientras los lavaban platicaban:
- ¿Estás lista para tu primer clase de manejo?
- Sí, estoy emocionada.
- Yo igual estoy emocionada, pero cambiando de tema, ¿te gustó la cita del viernes?
- Me encantó, eres muy romántica.
- Ese es el lado que solo tú has podido sacar de mí. -respondió muy alegre Victoria. - Pero, tú también eres muy romántica y tierna, sobre todo... -añadió.
- Me gusta que nos podamos conocer de ésta manera. Te quiero demasiado, Vicky. -respondió Daniela mientras abrazaba a Victoria.
- Yo también te quiero demasiado, cielo.
Cuando terminaron de lavar y de platicar se fueron a bañar, al salir del baño, Victoria le prestó ropa a Daniela para que se vistiera, ambas secaron su cabello, y lo peinaron como era su estilo:
- Espera, ¿Y si me peinas y yo a tí? de una manera diferente.
- Va, me agrada tu propuesta. -dijo Victoria emocionada.
Daniela tomó asiento frente al tocador de Victoria mientras ella la peinaba, le hizo un semi recogido y de medios a puntas rizó su cabello.
Cuando tocó el turno de Victoria tomó asiento, Daniela dividió el cabello en dos partes para hacerle dos trenzas francesas invertidas.
- Quedaste muy guapa, mi vida. -dijo Daniela halagando a Victoria.
- Siempre ando greñuda, bien dicen que cuando uno se baña y se peina pues cambia.
Ambas rieron por lo que dijo Victoria.
- No me quiero ir, quiero estar contigo. -dijo Daniela mientras se abrazaba de Victoria.
- Pues no te vayas, te llevo a tu casa para que vayas por tu uniforme y tus útiles y mañana llegamos juntas al colegio, ¿qué te parece? así no nos separamos para nada. -respondió Victoria correspondiendo al abrazo de Daniela.
- Es una buena idea, vamos.
Ambas se dirigieron hacia la casa de Daniela, Victoria esperó a Daniela en el automóvil mientras Daniela entraba a su hogar a tomar lo que necesitaría para mañana, después de varios minutos Daniela regresó con Victoria con su mochila y una pequeña maleta de ropa; luego regresaron al hogar de Victoria.
Daniela organizó sus cosas, y preparó todo donde le había indicado Victoria, de inmediato se familiarizó; mientras tanto Victoria cocinaba con música a todo volumen, Daniela al terminar se dirigió hacia la cocina para ayudar a Victoria, la sujetó por detrás de la cintura y le dió un beso delicado pero apasionado.
- Qué rico beso, Dani. -dijo Victoria con una sonrisa muy coqueta.
- Rico lo que estás cocinando. -respondió Daniela mientras llenaba de besos tiernos el rostro de Victoria.
Victoria sonreía coquetamente y se dejaba consentir por los besitos de Daniela.
Cuando terminaron de comer Victoria y Daniela hicieron algunos pendientes del Colegio, cenaron algo ligero y luego se fueron a dormir.