II - Reclamos y separaciones

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Penélope dejó que Benedict se hiciera cargo de todo. Esa noche se fue a dormir sola, aunque le fue imposible conciliar el sueño.

Se sentía una extraña en su propia casa.

Al día siguiente Colin estaba con una resaca terrible, así que fue directo a atenderlo. -No tienes porqué.

-Me dijeron en la cocina que te sentirías mejor luego de comer algo. -Penélope puso la bandeja con algunas tostadas con mantequilla y jugo de naranja y café a un lado. Colin abrió los ojos y la miró con la misma frialdad del día anterior.

-Sal de aquí.

-Solo intento ayudar.

-Ayudas más si te vas.

-No debiste excederte bebiendo. ¿Por qué lo hiciste? No vale la pena hacerse daño así, Colin. Te vas a enfermar.

-Salte de aquí. ¡Que te salgas de mi habitación, Penélope!

-¡No tienes por qué gritarme! -Dijo ella un poco alterada levantándose de la cama sobresaltándose de que él le hubiera gritado. -¡Somos amigos! ¡Respétame al menos por eso!

-¡¿Crees que podría ser amigo de la mujer que dañó a Marina?! -Al verlo levantarse y mirarla con todo el enojo acumulado en sus ojos supo que sabía la verdad. -Lady Whistledown. -Su voz estaba cargada de odio y dijo cada sílaba con demasiado rechazo.

-¿Quién te dijo que...?

-¿Me crees tan imbécil, Penélope? ¡Tú misma te delataste delante de Eloise! Tus palabras le sonaron escritas, me confesó todo. ¡No puedo creer que me hayas atrapado en este matrimonio!

Eloise supo. Colin lo sabía. Ella se sentía pequeña incluso estando de pie delante de Colin. Pero no iba a dejarse humillar. -Yo no te atrapé en este matrimonio, te recuerdo que dije muchas veces que no. Dije que no, tú me llevaste aparte y mi madre...

-¡Fue el peor error que cometí! Jamás debí llevarte aparte para contarte. -Penélope no quiso decir que nunca le dijo nada. -Sal de aquí, no quiero verte.

-Puedes salir de esto, solo debes pedir la nulidad del matrimonio en lugar de gritarme.

-¿Y luego qué? ¿Tú humillas de nuevo a mi familia en tu panfleto? ¿Me haces ver como un monstruo y me hundes? ¿Es lo que quieres, Penélope?

Ni siquiera se le había pasado por la cabeza. No lo había pensado. -Te estás portando cruel. No lo haría.

-Lo hiciste. ¡Lo hiciste! Hundiste a Marina estando embarazada. Hundiste a mi hermana para salvar tu cuello. Creí que eras diferente, Penélope, alguien leal. ¡Sal de mi habitación, ya!

Y tras asentir dio media vuelta y se fue cerrando la puerta, se sobresaltó aún más al escuchar como caían al suelo algunos cristales dentro del cuarto, suponiendo y acertando que Colin había lanzado al suelo la bandeja que ella le llevó.
Se estaba sintiendo culpable de haber escrito lo que escribió, se convenció por meses que había sido por él. Él no lo veía así. Decidió ir a visitar a Eloise para explicarle, ella era su mejor amiga, a lo mejor la escuchaba.

-Señora Bridgerton.

-Busco a Eloise. -Y no pidió permiso para entrar, solo ignoró al mayordomo yendo directo a la habitación de su mejor amiga. Pero al entrar y verla peinarse y darse la vuelta con el ceño fruncido pensó que fue una mala idea. -Tenemos que hablar.

-Yo no tengo nada que hablar contigo, Lady Whistledown. Arruinaste mi vida para salvarte a ti misma, Penélope. Te miro y no te conozco, eres una extraña.

-Lo hice para que la reina no te ...

-¡Pudiste decirme! ¡Y enredaste a mi hermano mayor en este matrimonio! Hundiste a Marina, y me hundiste a mi. Solo eras la fea del baile y ya, Penélope.

Se estaba rompiendo en pedazos. Quería llorar porque no era la reacción que esperaba de parte de Eloise. Quería que ella entendiera que lo hizo por amor. No esperaba que Colin sufriera al ser engañado por su prima. No quería que su mejor amiga fuera amenazada por la reina. Esas dos ocasiones fueron difíciles. Temblaba su mano al escribir. -Lo hice por ustedes. No quería que ... y yo no quería casarme con Colin. Todo es horrible con él, me trata mal... Apóyame tú, por favor.

-Es lo que mereces. Rompiste el corazón de Colin cuando publicaste lo de Marina. Hiciste que se fuera por meses a solo Dios-sabe-donde y si él te odia es porque tienes lo que sembraste. Y lo mismo digo yo, fuera de mi habitación, Penélope.

Y supo que no tendría el apoyo que esperó. No era como se imaginaba el contar su secreto.
Había pensado de hecho que le agradecían, o que entendían. Volvió a casa y al entrar vio a Colin en el salón principal, al menos ya estaba levantado. -¿Dónde estabas y qué hacías?

-Fui a ver a Eloise.

-Ella no quiere verte. No mientas.

-Eso hice. ¿Puedes creerme?

-No. -Dijo levantándose de su sofá.-Te vas a comportar como se espera de ti al ser mi esposa. Esta semana me iré de viaje. Sobre tus actividades, vas a dejar tu panfleto. No quiero que escribas más como Lady Whistledown.

Eso sí que no lo podía tolerar. -Es mi trabajo.

-Ya no más.

-No pienso dejarlo, ¡Estás portándote injusto! Puedo prometer que no escribiré nada impropio pero no lo dejaré, es todo lo que soy... Y ¿Tú? ¿Por qué no dejas de viajar ahora que estamos casados? ¡No me parece justo!

-¡Lo que no es justo, Penélope, es que hayas usado tu panfleto para arruinar mi vida! ¡Amaba a Marina! La expusiste y te importó nada, que incluso tu propia familia tuvo que sufrir tu egoísmo, Penélope. ¿Crees que no lo sé, que estás enamorada de mi? Eso no era amor, Penélope, lo tuyo por mi era una obsesión enfermiza.

-No voy a permitir que ridiculices lo que siento. Lo hice por ti, ella estaba embarazada de otro hombre, yo no... Yo pensé en ti.

-No lo hagas más. Deja el panfleto. -Pen gritó que no, que no sería posible renunciar a ello. La pelea fue tal que Colin la dejó hablando sola.
Y a la mañana siguiente se volvió a encontrar sola.

Él se había ido.

Bridgerton por accidente 🐝💛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora