Por su parte, Colin estaba desecho. Ver a Penélope tan atormentada por sus caricias lo hacía sentir un monstruo. Y ¡Dios de los cielos! Tenía que aferrarse a todo su autocontrol para no lanzarse sobre ella y tenerla. —¿Qué voy a hacer? –La cena había sido tensa pues no podía dejar de verla, y sabía que estaba usando su vestido más recatado a propósito y sobre todo el amarillo. Pero el daño estaba hecho pues ya la había visto un poco más y sabía que escondían aquellas capas de tela.
—¿Eh? –Vio a la gata maullando y subiendo a su cama mientras como podía, solo, se masajeaba la pierna. Aunque habría deseado que Penélope lo hubiera hecho. —La asusté. Tú la conoces, dime ¿Qué hago para ganarme a tu dueña? Y a todas estas ¿Cómo llegaste a esta casa? Alguien te obsequió, ¿Acaso fue el señor Van Alden?
Pensó que quien tenía las respuestas era la doncella de Penélope, Nancy. Pero ¡Pobre chica!, ya la tenía atormentada con tantas preguntas.
Bueno, él era el señor y podría preguntar.
Lo haría en la mañana. Decidió dormir esa noche para dejar de pensar y al amanecer buscaría resolver de nuevo las cosas con Penélope. La solución obvia era cortejarla, darle todo lo que faltó antes de su boda y así ella dejaría de estar tan nerviosa con él. Tendría que ser fuerte, porque aunque era su esposa jamás había pasado por nada. No había sido novia, no habían paseos que recordar o flores que le hubiera dado, jamás hubo regalos, poemas o apenas podía contar un par de bailes, y con una mano.Solo cuatro bailes ya que la mayoría del tiempo estuvo cegado por Marina.
Sí, dormir era mejor.
Aunque no esperaba tener tamaña sorpresa a la mañana siguiente cuando todo el servicio buscaba a la señora Bridgerton. —¿Dónde está mi esposa, Alfred?
—No hay señales de ella, señor Bridgerton. Su habitación está vacía y falta una de sus maletas y varios vestidos. Nancy tampoco está así, y falta también un carruaje.
¡Mierda! —Dios Santo. Así que tomó un carruaje y se llevó a Nancy, ¿Algún indicio de donde están? Manden una nota a la casa Bridgerton, a lo mejor fue con Kate. –Pensó en los boletos del barco y en Stuart, a lo mejor ya iba rumbo a Nueva York con él. —¿Y Meribast? Sé que entró a mi habitación anoche, pero no estaba ahí en la mañana. ¿La han visto?
—Nadie ha visto al animal, señor.
—Busquen también a la gata, saber si sigue por aquí. –Y lo único que se le ocurrió fue ver en la habitación de Penélope por si algo le daba una pista de donde podía haber ido. Si fue a América, podría viajar tras ella, pero con lo basto que era ese continente, ¿Cómo podría encontrarla rápido? La habitación se sentía fría sin ella ahí, las sábanas blancas y azules, las flores sobre la mesita, los libros. Le sorprendió ver un ejemplar que decía: BREVE HISTORIA DE GRECIA.
¿Estuvo leyendo ella sobre los destinos que visitó? —Pen...
Comenzó a caminar de un lado a otro abriendo gavetas y cajitas buscando algo. Y encontró demasiadas cosas.
Le sorprendió al abrir un joyero sobre la peinadora y encontrar unos gemelos de plata con las letras grabadas "CB", eran suyos y los reconocía, pues los había usado el día de la boda fallida de Anthony. No era lo único, una de sus brújulas también estaba ahí, de cubierta plateada y grabada con el emblema Bridgerton. Ella conservaba sus cosas, las tenía ahí. Eso le dio esperanzas de que tal vez no lo hubiera abandonado. Dejó las cosas como las encontró y al abrir más gavetas de las cómodas lo que encontraba le daba más a conocer cuánto llegó a amarle Penélope. Un pañuelo envolvía la rosa que llegó a usar en su traje de novio que ya estaba seca pero bien prensada por lo que no había perdido su belleza y aún más, una de sus camisas, pero lo que le sorprendía era que la tela tenía el perfume de Penélope impregnado. Se la imaginó noche tras noche recostada sobre la cama, triste, abrazando aquella camisa esperando por una nota de él, que volviera, que todo fuera diferente. —Pen, no volveré a hacerte daño, nunca más.
Se lo juró a sí mismo, y la decisión fue más directa en su mente y pudo contestarse de una vez porque había vuelto.
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Bridgerton por accidente 🐝💛
Fanfiction¿Y sí Penélope y Colin se hubieran visto obligados a casarse? La noche del baile Featherinton, Colin tomó una terrible decisión. Al llevarse a Pen a una biblioteca cerrada y lejos de las miradas no contó con que la madre de ella fuera al mismo lugar...