El viaje en barco fue tortuoso. La herida dolía y mucho. Murray Atholl lo acompañaba y por lo menos tenía a su amigo para pasar el tiempo. Llegar al puerto fue complicado, pero una vez vio el cielo gris de Inglaterra y el frío de su país sintió una sensación de felicidad.
Estaba en casa, estaba en su lugar. -Te pediré un carruaje y te llevaré hasta tu casa.-Gracias Murray. -Y hubo un destello que lo sorprendió en sobremanera. Un cabello rojizo y una risita que le sonaron familiares. Había pasado al lado suyo y la reconoció. -Penélope.
-¿Penélope? -Señaló viendo su carruaje y reconociéndolo, subía junto a otra dama muy parecida a ella y con el cabello igual de rojo. -¿Ella es tu esposa?
-Sí. No me vio. -Y tuvo una punzada de dolor. Antes en cada baile, Penélope lograba visualizarlo incluso cuando estuvieran en un salón abarrotado de personas, ahora ni siquiera sintió su presencia. -Pide el carruaje, iré a casa. -Murray hizo lo que su amigo pidió y tras pagar un vehículo de alquiler subieron sus baúles y maletas para ir a su casa en Bloomsbury. Al llegar su esposa estaba bajando y daba instrucciones al cochero de llevarse a la otra señorita, la vio entrar, era toda una dama. Bajó del carruaje y los sirvientes al verle y reconocerle fueron directo a bajar su equipaje para hacerlo entrar en la casa. Ahí vio a su mujer, daba algunas órdenes mientras pedía que llevaran algunos muebles a otra habitación.
Como el ave fénix resurgiendo de sus cenizas, Penélope había sabido crearse una nueva vida a partir de los restos del naufragio de la anterior, una vida que se adaptaba perfectamente a sus necesidades. Era una señora sin amo y, por mucha perplejidad que causara entre la alta sociedad, le gustaba que así fuera. Su vida era cómoda, segura y tan predecible como una máquina perfectamente calibrada. Había tenido un año esperando, y al final aceptó su destino. En la casa Bridgerton-Featherinton había hecho muchas mejoras y ahora todo era tan confortable y cómodo, una modernidad a todo lujo. También había emprendido algunos negocios que habían triplicado su fortuna salida de Lady Whistledown, pues en todo ese tiempo no tocó ni un solo penique de la asignación de Colin.
No se dio cuenta de que Colin la veía en sus labores. -El señor Weston viene a cenar esta noche con su esposa, que se cocine un venado, y saquen el mejor vino de la bodega.Al voltear luego de darle sus instrucciones al mayordomo quedó en shock. Ahí en su salón principal estaba Colin. Sacudió la cabeza sintiéndose como en un espejismo. Él no debía estar ahí. Él debía estar en algún punto lejano de otro continente. Pero ahí estaba, al ver sus ojos verdes lo reconoció aunque el resto de él hubiera cambiado.
Porque todo había cambiado, incluso ella.
Durante los meses de ausencia, Penélope se había preguntado en alguna ocasión cómo sería África. En aquel momento lo supo, porque en el hombre que tenía ante ella reconoció muchos aspectos de aquel continente: la dureza del clima, su naturaleza nómada, su espíritu salvaje y aventurero y el duro peaje que hacía pagar a aquellos que eran simplemente humanos.
Había desaparecido el hombre despreocupado y atractivo que se había casado con ella, la había dejado a cargo de sus propiedades y se había ido a un lugar desconocido sin voltear a verla cuando le imploró que se quedara. Había vuelto a su hogar convertido en un hombre completamente diferente, tan diferente, de hecho, que había pasado a su lado sin reconocerle siquiera. Jamás habría pensado que un año podía cambiar tanto a un hombre.
¿Pero qué estaba haciendo allí? Miro tras él, fijándose en los baúles, las cajas y las maletas, y lo que implicaba aquel equipaje la sacudió con todas sus fuerzas. Cuando volvió a mirarle y le vio tensar la boca, aquel minúsculo movimiento confirmó la terrible sospecha que comenzaba a cobrar cuerpo en su mente con más efectividad que cualquier palabra.
"El cazador ha regresado", pensó desesperada, y la desolación dio paso al miedo cuando se dio cuenta de que su vida perfecta podía llegar a desmoronarse. -Colin...
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Bridgerton por accidente 🐝💛
Fanfiction¿Y sí Penélope y Colin se hubieran visto obligados a casarse? La noche del baile Featherinton, Colin tomó una terrible decisión. Al llevarse a Pen a una biblioteca cerrada y lejos de las miradas no contó con que la madre de ella fuera al mismo lugar...